Domingo 27 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
Bajo la mirada de Hernán Casciari

"Lo que me encandiló de su prosa fue una respuesta de ella a un comentario que le hizo un lector muy pesado de su blog. Parece que había un lector muy molesto que se quejaba de que Carolina le borraba los insultos del blog. Y ella le contestó más o menos esto: "Nunca vas a saber con qué criterio borro tu comentario. Dejá de elucubrar teorías con esa mustia cabecita de criado que tenés. Yo no te borro porque insultes, deficiente. Te borro por grasa. Porque tus adjetivos de pibe chorro me dan arcadas. Cuando decís "trola" me aturdís. Sonás como todas las cumbias del mundo. Te barro, te desinfecto por vulgar, por ordinario, por groncho, tus comentarios de moscardón pajeándose en internet me dan asco, salpicás mi blog con tu fracaso, olés a fracasado, a escritor que no quiere asumir que su novela es mala, a grandulón que vive en el garage de sus padres, a gordito transpirado sin amigos que cuenta chistes malos...". Y así seguía. Yo leía esto en Barcelona una madrugada y no podía creer que alguien estuviera haciendo tan buena poesía moderna sin pretensión artística. O sea, puro caliente. Y me enloqueció además que eso que estaba leyendo no era un post sino un comentario, algo que no ve todo el mundo, es como el patio trasero. Y para mí era uno de los mejores textos que había leído en internet.

El tipo que provocó ese poema de Carolina fue, sin querer, el que me la presentó. Porque después de leer eso, leí Bestiaria de punta a punta. Quise conocer a la autora y después nos hicimos amigos. Así que le quiero agradecer a ese sujeto por la parte que le toca, por ser musa involuntaria, celestina entre Aguirre y yo. Hay gente que es tan pero tan mediocre que incluso queriendo hacer el mal le salen las cosas bien. Creo que una de las grandes virtudes de la autora es la capacidad de descubrir fábulas. En Bestiaria las homenajeadas fueron las mujeres pero no agota la mirada en el sexo femenino. Lo hace con todo el mundo. Enfoca un grupo, al que sea, y lo diseca. Además le encuentra una lógica muy rara al caos de la gente. Un día le dije que no me gustaba el sushi y me contestó: "sos la clase de gente a la que le gusta sacar la guitarra en los fogones, por eso no te gusta". Es fantástico. Parece absurdo en un primer momento pero es así. Llega a lugares recónditos, imposibles, pero ciertos. Por eso funciona su literatura también. Sospecho que además del talento que tiene para narrar, ella absorbió mucho de sus hermanos. Ellos la fueron moldeando durante la infancia y la adolescencia. Se convirtió en una varonera. Esto no tiene nada que ver con escribir bien pero ayuda mucho a la hora de modelar una estructura de pensamiento muy poco femenina que tiene".

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