SANTIAGO DE CUBA (AFP) - El presidente de Cuba, Raúl Castro, habló de los ajustes que realiza su gobierno, en una discurso clave por el histórico 55 aniversario del ataque al cuartel Moncada, mientras la población sigue a la espera de más cambios.
El gobernante, de 77 años, dio su discurso en un acto en la oriental Santiago de Cuba, en el polígono del antiguo cuartel -hoy ciudad escolar-, ante 10.000 invitados y con transmisión en vivo para toda la isla.
Raúl Castro, quien tomó el mando en julio de 2006 primero de forma interina y desde hace cinco meses como presidente ante la enfermedad de su hermano Fidel, tocó "temas" económicos y sociales que no pudo abordar el 11 de julio ante el Parlamento.
Ese discurso bajó las expectativas de los cubanos, que esperaban cambios de efecto inmediato sobre su vida cotidiana, sobre todo la libertad de consumo. Pero Raúl Castro anunció medidas de largo plazo en la agricultura y restricciones económicas por la crisis internacional de los alimentos y el petróleo.
"No esperamos grandes anuncios, pero sí creo que hay que acelerar los cambios o la gente perderá la ilusión", expresó Roberto, de 38 años, quien conduce una "mototaxi" en Santiago de Cuba, momentos previos al acto.
Otros conservan ilusiones. "Esperamos que sea un discurso, que siga anunciando cambios como los que acaba de hacer con la tierra", dijo Maximino del Pozo, un cantor de música campesina de 64 años, quien vive en el montañoso municipio de Segundo Frente.
Hace un año, Raúl Castro anunció "cambios estructurales" en la fiesta del 26 de julio, emprendió reformas en el agro con la entrega de tierras ociosas en usufructo, eliminó prohibiciones que impedían a los cubanos hospedarse en hoteles, contratar celulares y rentar autos; liberó la venta de computadoras y autorizó permisos a
taxistas privados.
Pero muchos cubanos se quejan de que los salarios (de unos 17 dólares al mes) no dan para vivir, a pesar de tener alimentos y servicios subsidiados, y esperan anuncios de nuevos cambios, como la posibilidad de comprar y vender autos y viviendas, viajar sin necesidad de pedir un permiso de salida o abrir pequeños negocios.
Ante el Parlamento, no obstante, el mandatario pidió a los cubanos ceñirse el cinturón y trabajar más, y advirtió que la situación económica impide ir más rápido como para aumentar los salarios.
El anuncio de tiempos difíciles no impidió, sin embargo, que la fiesta revolucionaria fuera esperada con el tradicional carnaval en Santiago de Cuba, a ritmo de "congas" y con mucho ron.
Al amanecer de ayer fuegos artificiales lanzados desde el Moncada iluminaron el cielo de Santiago, y a las cinco un grupo de 150 niños, armados de lápices en vez de fusiles, recreó el asalto comandado por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista en 1953, que, aunque fallido, derivó en el triunfo de la revolución en 1959.