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Menéndez, aislado y con máxima seguridad | ||
Aislado y bajo extrema vigilancia, el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez pasó en un pabellón de máxima seguridad de la cárcel de Bower su primer día de la condena a prisión perpetua por los crímenes de militantes políticos secuestrados en 1977 en Córdoba. El jueves por la noche, luego de que el Tribunal Oral Federal 1 dictó la sentencia en su contra, Menéndez fue llevado junto a los otros siete condenados al penal ubicado en las afueras del centro cordobés y recluido en un módulo alejado del resto del internos, pese a que los presos no provocaron disturbios ante la llegada de los represores. Y en su primer día tras las rejas, Menéndez y los otros penados cenaron un "puchero chico" -sopa con verdura y trozos de carne-, y al despertar desayunaron mate cocido y leche con pan, según precisó el jefe del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC), Juan María Bouvier. Bouvier señaló que "hay guardia médica las 24 horas y se los va a atender en todo lo que sea necesario, como a los otros internos". Al igual que el resto de sus ex subordinados, Menéndez ocupa una celda individual de 2,5 por 3 metros, con baño incluido, dentro de un pabellón para 25 presos del módulo MD-2 que comparten una sala común para las comidas. Las rejas de hierro se cierran a las 23:30 y se abren a las 7, según explicó el ministro de Justicia de Córdoba, Luis Angulo. Por el momento sólo están los ocho represores, dentro de un módulo en el que también se encuentran otros delincuentes que eran integrantes de fuerzas de seguridad, y donde se permite la instalación de electrodomésticos. "Se refuerza la seguridad para que no se produzca una situación no deseada como un suicidio o enfrentamiento entre presos, por eso se cierra la puerta. Además hay una salita común donde comen la comida de todos los internos, mate cocido con pan y ahora leche", agregó el funcionario. | ||
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