INGENIERO JACOBACCI - La investigación de las causas de la muerte de un matrimonio de octogenarios ocurrida ayer en esta localidad de la Región Sur rionegrina quedó en manos de la justicia luego de que "a priori" no parece haberse producido a raíz de la inhalación de monóxido de carbono, como se creyó en un primer momento.

Petronila Montes y Alberto Campos, ambos de 83 años, fueron hallados muertos en su dormitorio antes del mediodía, acostados en sus camas gemelas, sin signos aparentes de violencia. Tampoco la instalación de gas ni el calefactor de la habitación presentarían irregularidad alguna, según comentó un gasista que revisó la vivienda. Es por eso que al tomar intervención en la cuestión el Juzgado VI de Bariloche, se dispuso el traslado de los cuerpos y la realización de la correspondiente autopsia, diligencia que se realizará hoy de mañana en la capital de los Lagos.

El hecho causó conmoción en la ciudad porque tanto Petronila, nativa de la zona, como Alberto, hace incontables años que eran vecinos de Jacobacci.

El triste hallazgo, según trascendió, estuvo a cargo de la propia hija del matrimonio, quien apenas la noche antes había cenado con sus padres, en la vivienda ubicada en la calle Libertad 569, esto es en el centro de la ciudad.

Ayer de mañana, la hija fue a ver a sus padres y le llamó la atención que Campos no saliese a atenderla. Petronila, según se supo, padecía en avanzado grado el mal de Alzheimer, por lo que su esposo se dedicaba a cuidarla permanentemente.

Al no recibir respuesta, se dirigió a una de las ventanas de la casa y la empujó hasta lograr abrirla, encontrándose de inmediato ante los hechos consumados.

Vecinos y otros familiares pronto acudieron al lugar, lo mismo que la Policía.

De acuerdo a testimonios recogidos, el hombre y la mujer estaban en sus camas, como dormidos, pero ya si vida y con aproximadamente unas 10 horas de fallecidos, según la primera revisión efectuada por un médico del hospital.

Enterada la jueza Silvia Baquero Lazcano, titular del Juzgado VI, de las circunstancias, ordenó que los cadáveres fuesen trasladados a Bariloche para determinar fehacientemente las causas del deceso. También quedó una consigna en la casa para que nadie pudiese ingresar o llevarse algo.

Es que llamó la atención de la Policía, la falta de elementos o indicios que pudiesen dar pista sobre las muertes. Al ingresar, no encontraron el olor característico a encierro que produce el monóxido de carbono o gas. Un gasista revisó la instalación y el calefactor y no encontró irregularidades. Por otra parte, cajas vacías de medicamentos se correspondían con remedios de consumo normal en personas de edad.