Jueves 24 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Sociedad
Sueños del Sur no había dejado pasar a la Defensoría
Es la ong que administra el hogar donde murieron dos niñas. Intentaron inspeccionar una de sus sedes en agosto del 2007.

NEUQUÉN (AN).- En agosto de 2007 un equipo de la Defensoría del Menor y el Adolescente no pudo ingresar a un hogar de noche que administraba la organización no gubernamental (ong) Sueños del Sur. Se trata de la institución que estaba al frente del hogar de menores bajo tutela judicial, donde murieron intoxicadas por monóxido de carbono dos niñas el domingo pasado.

La dependencia cuyas condiciones intentaba verificar el equipo, era un hogar ubicado en la calle Lastra al 1.700, que la ong había abierto mediante un acuerdo con la provincia.

Fuentes del ministerio de Desarrollo Social confirmaron ayer el impedimento y señalaron por otra parte que esta postura varió días después, porque finalmente Sueños del Sur permitió el paso de la Defensoría.

Este diario no pudo constatar ayer qué había motivado la visita del organismo. Una vez más, como ocurrió desde el domingo, ningún funcionario, pese a la requisitoria, salió a aclarar qué tipo de vínculo motivó que la provincia haya otorgado a Sueños del Sur un aporte no reintegrable de cerca de 50.000 pesos el 30 de junio pasado.

Entre otras cosas, este diario intentó saber si hay otras ong que reciben este tipo de aportes, y cómo se vienen realizando los controles y las funciones que la ley de Protección Integral de la Niñez (2302) delega en el Estado.

Por caso el artículo 37 de la norma, es claro respecto a los controles. Sus incisos 13 y 14 aluden a los hogares y cómo deben ser inspeccionados.

El primero de ellos apunta a que el Estado debe generar un registro de las organizaciones no gubernamentales que desarrollen acciones dirigidas a la niñez, "a fin de lograr su coordinación con las políticas públicas".

El segundo inciso menciona que "por sí o mediante convenios con otras instituciones" debe elaborar "programas de capacitación del personal de instituciones públicas y privadas que se encuentren al cuidado de niños y adolescentes a fin de garantizar la calidad e idoneidad de los servicios prestados".

Cristal Valdez (15) y Natalia Apeleo (10) murieron el domingo pasado en una casa del barrio Confluencia, ubicada en calle Los Nogales, al 1836.

El informe de Bomberos indicó que las muertes ocurrieron por una fuga de monóxido posibilitada por una brecha que había en el tiraje de un calefactor de 5500 calorías ubicado en la habitación. Testigos que ingresaron en la casa cuestionaron la seguridad e higiene del edificio.

En la casa habían otros 9 chicos, la mayoría de Río Negro. Tampoco hubo un pronunciamiento formal del gobierno de esa provincia.

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