TOKIO (AFP, Télam).- Un violento sismo de magnitud 6,8 en la escala de Richter se produjo ayer en el norte de Japón causando al menos 100 heridos y daños materiales en una región que ya había sido golpeada en junio por un terremoto que dejó varios muertos.

El sismo se produjo a las 0,26 hora local del jueves (15,26 GMT del miércoles). Su hipocentro se localizó a 120 km de profundidad en la región de Iwate, en el norte de la isla de Honshu, indicó la Agencia meteorológica nipona. No se lanzó ninguna alerta de tsunami.

Las televisiones japonesas mostraron imágenes de personas horrorizadas en las calles, de numerosos objetos que caían de las estanterías de los supermercados y de cornisas derrumbadas. Un incendio fue detectado en la ciudad de Hachinohe, según un responsable municipal. En muchas casas, almacenes y oficinas de la región numerosos objetos fueron proyectados fuera de los estantes, los muebles quedaron volcados, los vidrios se rompieron, las paredes se agrietaron y muchas canalizaciones estallaron, según los testimonios recogidos por la AFP y las imágenes difundidas por la televisión.

Según la policía, 90 personas fueron trasladadas al hospital, mientras la televisión Nhk informó de 106 heridos, entre ellos dos graves.

El temblor, que hizo oscilar rascacielos, fue registrado poco después de la medianoche, en el norte de la isla central de Honshu. La televisión pública Nhk mostró imágenes de camiones de bomberos que se dirigían hacia un edificio incendiado en Aomori, ciudad situada a 550 kilómetros al noreste de Tokio.