Importantes anuncios y revelaciones formuló el presidente del Ipross, Alcides Pinazo, durante un encuentro con afiliados de Villa Regina, donde fue convocado para responder a inquietudes de un grupo autoconvocado que había realizado una asamblea previa.

Entre otras cuestiones, Pinazo anunció que a fin de año vence el prolongadísimo convenio que vincula a la obra social con la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén, y dijo que no será renovado sino que el tercer nivel de atención de la salud -correspondiente a alta tecnología de estudios y tratamientos oncológicos- saldrá a licitación, para lo cual ya se están analizando los pliegos.

Además, resultó controversial la explicación que dio el funcionario sobre el corte de servicios a afiliados del Ipross en la Clínica de Imágenes de General Roca. Lo atribuyó a que "algunas personas con la edad se ponen más buenas, y otras cada vez más malas", aludiendo a que el presidente de esa empresa, Eduardo Labat, "se ha puesto más malo", y que por ello computa todos los pagos que se le han hecho en el año a la deuda anterior -que suma 6 millones de pesos- y no a las prestaciones actuales. "Nosotros teníamos una propuesta diferente, que era que eso lo resolviera con el ministro de Hacienda, refinanciándolo en cuotas, pero él no quiso", dijo Pinazo.

Tema recurrente, volvió a plantearse el cobro de plus por parte de los médicos. "Todos cobran plus", fue la voz generalizada en la reunión cuando el funcionario negó que ahora estuviera justificado por atrasos en los pagos. "Denúncienlos con nombre y apellido, que yo los voy a sancionar como estoy haciendo con el oncólogo de Viedma", precisó, en relación con la negativa de ese profesional a acatar las normas en cuanto a prescripción de drogas genéricas.

Pinazo debió responder a múltiples planteos de los vecinos en la charla, que fue coordinada por Silvia Rivero. Allí se planteó que deben pagar un aporte igual al que pagan en otras ciudades de la provincia, cuando ellos no tienen los mismos servicios: "Cuando uno llega a Roca o a Cipolletti para hacer una ecografía o un centellograma nos dicen 'ah, si es de Regina no', y entramos en una lista de espera interminable". A esto, respondió que es necesario regular la tecnología para no caer en distorsiones que a nadie benefician. También recibió objeciones por las demoras en los reintegros y por las iniquidades que genera el mecanismo de cápita, al que no obstante defendió por ser más previsible que el de pago por prestaciones.

Durante el encuentro, un dirigente de Unter lamentó que "uno ve las clínicas que se agrandan, ningún privado se funde, pero nuestros hospitales se nos caen a pedazos", y deploró que su gremio no tenga un lugar en la Junta de Administración del Ipross.

En tanto, una obstetra del hospital, que a su vez es dirigente del Partido Obrero, denunció la mala calidad de las prótesis: "que no nos digan que los rengos nos gastamos el presupuesto del Ipross porque no es verdad. ¿Quiénes auditan? Porque la ortopedia Cara Hue, que tiene una filial en Neuquén y otra en Viedma, nos da material de segunda. Cuando yo pedí que me hagan la prótesis en Camilioni, en Bahía Blanca, que es de excelencia, el asesor legal del Ipross me dijo que no podía porque debía sujetarse al acto licitatorio pertinente". Asimismo, indicó que "el ministro de Hacienda diga qué se hizo con el aporte de los afiliados durante estos años, qué se hizo con la plata que nos bajaron del sueldo, porque no fue a hospitales, no fue a obra pública, no hay nada..."

Casi al final de la charla, Pinazo señaló que está investigando dos situaciones que serían fraude contra la obra social: el primer caso es de una mujer que ingresó como empleada pública habiendo sufrido una leucemia y a punto de declarársele un segundo episodio.

"Llevamos gastados 700.000 pesos, y el tema es que o mintió la mujer -cosa que no creo- o mintió el médico" que hizo el preocupacional. El segundo caso es de un empleado tomado en un bloque de un municipio como contratado por cuatro meses: "ni bien entró se le diagnosticó la enfermedad de Cron, y salen 200.000 pesos por mes las inyecciones. Esto es un fraude, y vamos a ver quién va a pagar después, quién nos va a pagar a ustedes y a mí, que somos los que hacemos el aporte de nuestro bolsillo. Porque esto no es Salud Pública, que tiene atrás el presupuesto del Estado. A la obra social la sostenemos los que aportamos".