Jueves 24 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
Salida no pactada que deja a Cristina sin un gran aliado

BUENOS AIRES (ABA/DyN) . - La renuncia de Alberto Fernández hace tiempo tenía firma, pero le faltaba la fecha. Ayer el propio ex jefe de Gabinete completó el formulario.

Y no se trata de una metáfora, fue tal cual: Hace 20 días el funcionario había tomado la decisión y elaborado un paper en la computadora con su decisión. Pero aún prevista, la salida de Fernández no fue consensuada. "Alberto se fue mal, no fue un cambio convenido sino forzado", graficó una fuente de gobierno.

El vocero se animó a describir la situación como la de un sector derrotado (el "albertismo") lo cual pronosticaría otras inminentes partidas como la de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti quien presentó su dimisión a la espera de una respuesta.

Quienes también ofrecieron renunciar fueron la ministra de Salud, Graciela Ocaña; de Medios de Comunicación, Enrique Albistur; de la Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina.

La otra lectura que en el oficialismo se le da al episodio es la victoria -al menos por ahora- del ala del ministro de Infraestructura, Julio De Vido.Formalmente este último indicó en la víspera que la renuncia siempre está a disposición de la presidenta, pero de hecho ayer De Vido estuvo en Mendoza anunciando nuevas obras.

Otro dato de relieve, es que Alberto Fernández también va a renunciar a la conducción del P.J porteño donde será reemplazado por Juan Olmos. Fernández tuvo gran poder en el distrito prohijando al ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra.

Con el alejamiento de uno de los hombres fuertes de su gobierno, Cristina se desprende de uno de sus más caros aliados.

Hasta que Néstor Kirchner llegó al poder, Fernández fue un funcionario de perfil bajo, aunque tuvo trato con dirigentes influyentes de la política nacional. Se codeó, entre otros, con Domingo Cavallo, que siempre lo consideró un hombre de su riñón y lo llevó a la cúpula de la Superintendencia de Seguros, hasta fines de 1995. Al año siguiente inició un fuerte vínculo político con Eduardo Duhalde.

Dentro de los cuatro años de gobierno de Kirchner, entre la ex senadora y el jefe de Gabinete se entabló una relación muy cercana. Solían tener muchos puntos de coincidencia, ya que Cristina siempre fue más renuente al ala "pingüina" del Gobierno, liderada por De Vido. Se transformó un en uno de los voceros preferidos, junto al "otro Fernández", Aníbal, para trajinar las mañanas de las radios con el fin de desplegar la estrategia comunicacional oficial.

Sus discrepancias con De Vido y los cuestionados secretarios de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de Transporte, Hugo Jaime, tampoco fueron un secreto en la Rosada

La dura pelea con el campo es un capítulo aparte para Fernández, que fue el principal interlocutor en las negociaciones. Se lo consideró un mediador dialoguista para encontrar solución al largo conflicto. Pero Kirchner decidió patear el tablero e impuso su estrategia de feroz enfrentamiento con el agro , que terminó con la durísima derrota en el Senado . La gota que rebasó el vaso cayó el lunes: fue el nombramiento de un funcionario ligado al ministro de Planificación al frente de la Secretaría de Agricultura, Carlos Cheppi.

Así llegó la dimisión. Ahora, el hijo pre adolescente de Fernández, por lo menos hasta que éste restañe sus heridas, podrá disfrutar de su padre a tiempo completo.

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