BUENOS AIRES (Télam).- Tres padres de víctimas de la tragedia de Cromañón, ocurrida a fines del año 2004 y que provocó 194 muertes, fueron procesados por graves amenazas contra de los músicos del grupo "Callejeros", jueces, camaristas penales y el ex jefe de gobierno porteño Aníbal Ibarra.
Se trata de Nora Ortiz de Bonomini, Ricardo Righi y Luis Fernández García, a quienes el juez Alejandro Cilleruelo procesó sin prisión preventiva por los delitos de "amenazas coactivas" y "amenazas agravadas".
El Código Penal prevé para estos delitos condenas de cinco a diez años de prisión "si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos".
Fuentes judiciales informaron que el juez decidió no enviar a los imputados a prisión, a pesar que el delito lo justifica, ya que entiende que no existe peligro de que se fuguen.
De acuerdo a la acusación, estos padres de jóvenes muertos en el incendio de Cromañón amenazaron a la jueza María Angélica Crotto para que cite a indagatoria a Aníbal Ibarra; a "Callejeros", para que no vuelva a tocar; a los camaristas, para que no avalaran la excarcelación de Omar Chabán; y al ex jefe de gobierno porteño, para que abandonara la política.
La extensa resolución recoge una gran cantidad de testimonios de funcionarios judiciales que señalaron a los tres acusados como quienes insultaron e intimidaron a la jueza Crotto en diversas oportunidades.
Respecto de los camaristas, encabezados entonces por Alfredo Ameghino Escobar, resolvieron en un plenario denunciarlos porque uno de ellos les advirtió que no respondería por sus actos si se encontraba con alguno de los magistrados que convalidó la excarcelación del ex gerente de Cromañón, Omar Chabán.
En cuanto a Ibarra, el fallo recoge declaraciones periodísticas de los imputados, en los que afirman que si el hoy diputado comunal aspiraba a regresar a la política, terminaría en "una bolsa negra".
El mismo fin les habrían augurado a "Callejeros", si se atrevían a volver a participar de recitales, e incluso le habrían advertido a su vocalista, Patricio Santos Fontanet, que desistiera de la idea "o le volarían la tapa de los sesos".
"No una vez, sino varias, los imputados han señalado entre ellos las intenciones de recurrir a métodos violentos y coactivos para presionar en pos de la obtención de un pronunciamiento acorde a sus intereses, cuestión que -bajo un estado de derecho- no puede encontrar justificación en haber sido víctimas de un delito", sostuvo Cilleruelo.