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El rock pelotero se adueñó de la noche | ||
Las Pelotas se presentó el sábado en un boliche de Cipolletti. Sin Sokol y con Daffunchio a la cabeza tocó su disco "Basta". | ||
NEUQUÉN (AN).- Fue una prueba de fuego. Fue un testeo de material y fue una noche de rock and roll al palo, diferente y extraña a la vez, donde público y músicos se reencontraron, se reconciliaron con los cambios y se aceptaron. Un año después de que Las Pelotas presentará por primera vez su último disco "Basta" en la zona, la banda regresó el sábado pasado. Pero esta vez sin Alejandro Sokol y con Germán Daffunchio al comando del grupo. Las expectativas de los peloteros del valle eran muchas. Querían comprobar en vivo en qué había mutado su banda, si los movimientos de las piezas sobre el tablero habían afectado en algo la esencia "power". Sin duda que el cambio de líder se nota, su influencia está marcada y es evidente. Con Daffunchio la banda sonó más cerca del rock "tranqui" que del terreno del poderoso descontrol. La noche se inauguró con el tema "Basta", primer corte de la placa homónima. Una canción aguerrida que desperezó los cuerpos y comenzó a calentar los motores de la platea. Pero hubo que esperar hasta el tercer tema para que apareciera el pogo y el desenfreno. El público recibió muy a gusto la nueva estética de la banda, pero se tomó su tiempo para reconocerla y acostumbrarse a ella. Era como un duelo sutil, la banda daba el primer zarpazo acústico con una versión diferente de los temas, el público recibía el golpe y respondía con un contragolpe. La banda jugaba con los sonidos proponiendo una balada fuerte y desde abajo recibía un mar de brazos que se agitaban al aire. Luego el golpe maestro. Promediando el recital, Las Pelotas se fue hacia los viejos temas como "Shine", "Capitán América" y "Será, a esos que la posicionaron como una de las bandas referentes del rock argentino. Eran temas en los que la influencia de Sokol fue tan fuerte que aun sin estar él sobre el escenario, suenan igual que antes. Y luego regresó a "Basta". Y fue en ese instante, en que banda y público se unieron en una abrazo conciliador y se vino el pogo "a full", el estallido fue estruendoso, furioso y se mantuvo hasta el final de la noche. Se despertó el rock and roll puro y quedó demostrado que por más agua que pase por debajo del puente, Las Pelotas seguirán siendo Las Pelotas. Y eso se confirmó la noche del sábado. Durante las dos horas del show, con un sonido claro e impecable, el boliche de Cipolletti vibró con todo su furor. Sólo había que darles tiempo para que se desempolvaran las furias fanáticas y todo recomenzara. Las Pelotas, una de las bandas en las cuáles se convirtió Sumo luego de la muerte de Luca Prodan, con todo su rock antiestablishment pisa fuerte sobre los escenarios. Manteniendo el estilo que le dio origen, va por el mundo de la música portando la única bandera que pueden y quieren hacer suya: la del rock limpio, revolucionario, la del buen rock and roll. Cuando la banda abandonó el escenario, aparecieron en escena los Dj Miguel Silver y Carlos Shaw para dar comienzo a la sesión electrónica. Pero aun retumbaba entre los fanáticos el poder pelotero. | ||
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