NEUQUEN (AN).- "¡Tudo bem...!". En realidad los gestos de contrariedad no se correspondían con las expresiones de los turistas brasileños que ayer invadieron el aeropuerto local, debido a que por inconvenientes atmosféricos en Bariloche, el lugar de donde llegaban o hacia donde iban, según los casos, debieron abordar los aviones aquí.

Cientos de valijas apiladas en las dársenas, las características ropas multicolores para la nieve yendo de un lado para el otro, varios grandes colectivos de larga distancia, también multicolores, desplazándose lentamente o estacionados; filas interminables en las ventanillas -de la aduana para hacer los trámites de rigor y de las empresas para confirmar los pasajes- y los Boeing esperando frente a la torre de control.

El de ayer fue un día atípico en el aeropuerto Juan Domingo Perón. Lo concreto es que los cientos de viajeros le dieron un panorama distinto, generando un movimiento incesante y colmando los sectores.

Como se informa aparte, una imprecisa "nube de humo" generó dudas en la zona de Bariloche para las empresas aéreas. "Pero no se ha cerrado el aeropuerto, está operable y de hecho Aerolíneas Argentinas y Austral mantienen sus vuelos. Sólo que otras empresas optaron, directamente, por reprogramar sus vuelos utilizando este aeropuerto", dijo ayer el mayor Gabriel Maldonado, jefe del aeropuerto local.

Ya estaba previsto que ante la la presencia de ceniza -ya fuera por el volcán Chaitén o Llaima-, la estación aérea local sería la alternativa. "En la mañana llegaron tres vuelos y esperamos otros cinco para el resto del día", dijo Maldonado respecto de los vuelos fuera del programa habitual. Por eso la actividad fue ampliamente superior la de todos los días. Y el acento que dominó fue el portugués.