Domingo 20 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
En vivo, la fiesta del rock
El festival "Rock in Valley" copó Kimika el viernes. Tocaron nueve bandas de distintos estilos durante más de ocho horas: D-Mente, Massacre, Bulldog y otras.

NEUQUÉN (AN).- Todos están de fiesta. Chicas con remeras ajustadas alardean el nombre de la bandita que fueron a escuchar, grupitos de fans estallan en pogo y la pista en llamas confirma que el rock está más vivo que nunca.

Ya habían pasado los locales Siete Remedios y Skapaltata cuando D-Mente abrió la sección de bandas nacionales de la primera edición del festival "Rock in Valley" que explotó en la noche del viernes en Kimika con nueve bandas sobre el escenario.

Entres pogos, humos y luces, Andrés Giménez se despachó con una frase que venía masticando desde hace un tiempo: "Dedicado a esa manga de mierdas que suspendió el show la última vez". Eléctrico y con sus virtudes roqueras al mango, D-Mente tocó el primer corte de su última placa "Valiente al combatir", siguió con la eléctrica "Adicto" y después de cuatro canciones el líder del power cuarteto, ex Animal, se despidió con "El nuevo camino del hombre" seguido de un "Vamos a volver, gracias por el amor". Y la palabra "amor" sonó como un bálsamo entre tanta furia roquera.

D- Mente pasó la posta El Bordo, una banda de diez años que, a juzgar por las gargantas bien dispuestas que se sumaron a cantar con Ale Kurz, demostró tener mu

chos seguidores por aquí. Después de más de seis canciones, estos chicos opositores de la "sponsorización del rock and roll", se las ingeniaron para despertar la curiosidad de más de uno que hoy estará poniendo su nombre en Myspace o buscando sus discografía.

Quince minutos habían pasado de la medianoche cuando los Cuentos Borgeanos coparon el escenario lookeados con camisas rojas, chupines negros, corbata negra y zapatillas rojas. Con calidad musical y compositiva, esta banda liderada por Abril Sosa (ex baterista de Catupecu Machu) marcó la diferencia por las letras, con mensajes más profundos. La sorpresa llegó cuando Abril utilizó su seducción roquera y subió a una agitada fans al escenario: la abrazó, le cantó "Si soy un soñar, si soy un soñar, mírame..." y los ojos de la chica salieron de su órbita.

A los Cuentos le siguió la estridencia de una de las bandas de punk rock más esperadas de la noche, los Bulldog. Ahí se vio al treintañero Hernán "Mantu" Mantoani olvidándose la letra un par de veces. "Uno se pone grande y se olvida la letras", soltó el enérgico líder del cuarteto punk.

Pasado el desmadre festivo y sin desmanes que ocasionó la actuación de Cabezones y Fidel Nadal, el final de la maratón roquera llegó pasada las cuatro de la madrugada con Massacre, banda en ascenso precursora del skate rock. Como de costumbre, Walas la voz cantante, sacó a pasear su voluminoso abdomen sin ningún tipo de complejo. Massacre sonó increíble y el resultado fue una noche inolvidable.

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