BUENOS AIRES (DyN) - A 14 años de la masacre de la AMIA, los dirigentes de la comunidad judía y los familiares de las 85 víctimas fatales del atentado a esa mutual renovaron ayer su reclamo de justicia, pero cuestionaron al Gobierno por "la falta de continuidad" en la lucha oficial el terrorismo y también por mantener en ámbitos oficiales al piquetero Luis D'Elía, a quien acusaron de ser "vocero oficioso de Irán", sospechado de estar implicado en el ataque.
Puntualmente hubo cuestionamientos por no haber cortado lazos políticos y económicos con Irán, ni haber deplorado ante Arabia Saudita la fuga de dos iraníes prófugos o criticado la falta de apoyo brasileño en la reunión mundial de Interpol para votar el alerta rojo en las órdenes de captura de los sospechosos.
No obstante, uno de los puntos más salientes de los discursos fue el ataque directo al piquetero oficialista Luis D'Elía, "representante oficioso y vocero de las posturas del gobierno de Irán", dijo Luis Czyzewski, padre de una de las víctimas y orador principal del acto.
Además, Czyzewski insistió en reclamar al fiscal Alberto Nisman que encuentre la conexión local y al juez Ariel Lijo que llame a declarar como sospechosos del desvío de la causa al ex presidente Carlos Menem, a su hermano Munir y al ex ministro del Interior Carlos Corach.
Con la anunciada ausencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el acto comenzó a las 9.53, hora exacta en que el 18 de julio de 1994 voló en pedazos la sede de Pasteur 633, en el acto terrorista más cruel que vivió la Argentina. Sonaron las sirenas y se encendieron 85 velas, una por cada muerto que dejó el brutal ataque, mientras numerosos asistentes, entre ellos familiares con las fotos de las víctimas, siguieron en silencio la ceremonia.
En representación del Gobierno nacional estuvo el ministro de Justicia Aníbal Fernández, y se acercó el jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, mientras también estuvieron presentes el vicecanciller israelí, Majalli Whbbe y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Earl Anthony Wayne.
En los discursos, el titular de la AMIA, Guillermo Borger, reclamó al Gobierno que rompa relaciones "comerciales y diplomáticas" con Irán, país al que se acusa de haber ideado, organizado y ejecutado, a través de Hizbollah, el atentado de 1994.
También pidió a la Corte Suprema de Justicia que "revise" el caso, fundamentalmente las pruebas que "no fueron contaminadas por el juez Juan José Galeano", y que "emita su veredicto". "El Estado tiene la obligación irrenunciable" de esclarecer el ataque, recordó el dirigente de línea ortodoxa .
El discurso más político lo formuló el representante de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, Luis Czyzewski, quien cuestionó la falta de "continuidad" en las políticas del Gobierno contra el terrorismo internacional . "Desde noviembre pasado no existe absolutamente ninguna acción por parte del Poder Ejecutivo que permita mantener o reforzar la postura argentina a nivel internacional. Es como si el mensaje del Gobierno fuera que 'lo que prometimos, lo hicimos y hasta aquí llegamos'", advirtió Czyzewski.
Criticó, por otra parte, que siga en "la consideración pública" el piquetero D'Elía, a quien calificó de "representante oficioso y vocero de las posturas del Gobierno de Irán".
No obstante, manifestó su reconocimiento y "satisfacción" por "el compromiso asumido por el ex presidente" Néstor Kirchner "frente a los familiares, (que) se cumplió con el discurso en las Naciones Unidas. Esa postura clara y contundente frente al terrorismo y frente a la agresión iraní debe ser ponderada y aplaudida", remarcó. También reconoció "la tarea de esclarecimiento internacional que se hizo desde el Ministerio del Interior con el objeto de transmitir a Interpol sobre la seriedad de las investigaciones antes de la votación de las alertas rojas", agregó. Pero Czyzewski también deploró que el Gobierno no haya reclamado a Arabia Saudita por la "protección" a dos ciudadanos iraníes con pedido de captura .
