RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- Cientos de toneladas de basura acumulada en el basurero municipal fueron quemadas en los últimos días. Por el hecho, sin embargo,no se produjeron denuncias policiales y tampoco se dio aviso a los bomberos.

Desde el pasado martes hasta ayer por la madrugada, una gigantesca columna de humo que podía divisarse claramente desde los yacimientos petroleros de Catriel, a ochenta kilómetros de Rincón, cubrió gran parte del cielo rinconense.

El nauseabundo olor y los gases más bajos, afectaron a los vecinos de los barrios ubicados en el alto de la ciudad, lo que generó gran polémica acerca de los autores presuntos del incendio.

Ayer, el municipio aseguró a "Río Negro" que nada tenía que ver con el inicio del fuego y atribuyó el hecho a cirujas o desconocidos. Otra fuente que pidió reserva de su nombre, aseguró que "hacía varios días que el municipio no enterraba la basura por falta de máquinas, pero lo concreto es que el fuego se potenció por la gran cantidad de residuos que no se enterraron como habitualmente se hace".

Desde el cuartel de bomberos voluntarios, aseguraron que "aquí no se recepcionó ningún llamado para sofocar las llamas".

En oportunidades anteriores, el vertedero también se incendió por la gran cantidad de basura expuesta pero la rápida intervención de los Voluntarios evitó tantas horas de contaminación al medio ambiente y el perjuicio de los vecinos.

La quemazón logró medir más de seiscientos metros en uno de sus lados lo que provocó una gran columna de humo blanco con algunas columnas secundarias de color negro, propias de la combustión de petróleo, aceites o derivados. El hecho, además, avivó la polémica sobre la proximidad del basurero y la planta cloacal con la zona urbanizada, ya que las primeras viviendas del alto distan a solo 2.000 y 1.500 metros, respectivamente, de esos dos lugares.

Desde la municipalidad informaron que "se comprará nuevamente material para instalar una cerca perimetral y evitar que extraños ingresen al predio y provoquen estas situaciones". El sitio tenía un vallado que fue colocado por el gobierno anterior, pero la mayoría de los alambres y caños fueron robados. De igual modo, el predio necesitaría serenos para vigilar que nadie ingrese de noche sin ser visto.

En los últimos diez años, nadie controla lo que se tira en el basurero, por lo que muchas empresas aprovechan el descuido para arrojar líquidos contaminantes. Por ello, se detectaron en los últimos años, petróleo, aceites, químicos de diversa peligrosidad, material descartable del hospital en gran cantidad y hasta un cadáver humano enterrado.