Pablo Verani se diferenció claramente del gobierno nacional con su rechazo en el Senado.
Este posicionamiento tuvo un segundo destinatario: el gobernador Miguel Saiz. El senador marcó su propia dirección y abrió una proyección para el 2011. La marcha del poder delineará qué podrá construir en el nuevo escenario que instauró y le impuso al gobernador.
Verani nunca compartió ideologías y acciones del kirchnerismo. Igualmente se cobijó en la lista y la figura de Cristina en 2007. El ex gobernador sabía que tendría la ocasión de distanciarse y la oportunidad llegó mucho antes de lo esperado.
Esos tiempos coincidieron con la amenaza sancionatoria de la conducción radical, que mantiene pendiente el expediente disciplinario de Saiz y Verani. El debate en la cámara alta posibilitó al senador retomar el diálogo con el presidente de la UCR, Gerardo Morales y con el titular de la bancada del partido Ernesto Sanz. Charlas y gestos que también formaron el voto negativo del rionegrino.
La discusión legislativa por las retenciones alentó expectativas individuales.
Verani cultivó la suya: el regreso al escenario. Utilizó esa oportunidad, la potenció y logró ponerse en el centro de la escena.
Habló de su renuncia entre dirigentes íntimos cuando sabía que nadie insinuaría su concreción, mucho menos Saiz. En cambio, Verani llamó a su encuestador preferido, Ricardo Vignoni para que consulte en las principales ciudades qué opinión se tenía sobre su posicionamiento ante el proyecto kirchnerista. ¿Quién buscaría semejante respaldo social si su futuro dependía -según sus dichos- de la solicitud de su gobierno provincial? En realidad, los resultados aportarían otra razón para sostener su negativa. Los datos fueron previsibles: más de la mitad de los consultados apoyaban la posición del ex gobernador.
La actitud de Verani irrumpe en una gestión dubitativa y débil por la impronta de mando de Saiz. Esa condición ya posibilitó un escenario de intrigas internas y proyectos encontrados para el 2011. Cumplida la instalación, el ex mandatario reeditará su estrategia y se plantará en la defensa del gobierno provincial. Pero todos saben que ya marcó su espacio y su delineó su sendero. (AV)