Jueves 17 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 26 y 27 > Sociedad
La evolución del mouse

Hagamos un ejercicio de memoria. Pensemos en cuál fue el primer mouse que tuvimos. Si están metidos en el mundo de la informática hace más de una década, seguramente pensaron en un mouse cuadradote, con una bolita que se ensuciaba y llenaba de tierra los mecanismos, lo que hacía necesario limpiarlo a intervalos frecuentes. Hoy por hoy, probablemente están disfrutando de un mouse óptico, con rueda de scroll, y creen que ya no hay mucho con lo cual innovar, más allá de lograr absoluta confiabilidad y precisión con conexiones inalámbricas.

 

Expectativas cumplidas

 

Logitech cumple con todos los puntos que evaluamos. El paquete contiene un pequeño transmisor USB para dotar a nuestra PC de un enlace inalámbrico para nuestro mouse. La instalación en Windows XP es instantánea: una vez conectado el transmisor, ya estamos en condiciones de utilizar el mouse. El sistema de captura de movimientos utilizado es láser. Esta tecnología es más precisa que la utilizada en sistemas ópticos y consume menos energía, aspecto clave si tenemos en cuenta que se trata de un dispositivo inalámbrico.

Sin embargo, la característica más sobresaliente de este curioso periférico es que se lo puede controlar desde el aire. En este sentido, es muy similar al Wiimote de la consola Wii de Nintendo. Para los que no lo conozcan, les contamos que se trata de un dispositivo que reacciona a los movimientos espaciales que uno haga, es decir, reconoce los movimientos en el espacio. Utilizando el mouse de esta manera, estaremos prescindiendo de un escritorio o de una superficie donde apoyarlo. La sensibilidad es excelente: uno podría pensar que una tecnología como esta es imprecisa y dificultosa para manejar. Nada más lejos de la realidad: los sensores son muy sensibles, aunque no tan sensibles como para interpretar el temblor de la mano como movimientos del puntero, y créanme, tengo un pésimo pulso. La principal dificultad es que se trata de una tecnología diferente (quien haya usado el trackpad de una laptop sabe de lo que hablamos), pero no es intrínsecamente complicada. Con 15 minutos de práctica ya podremos desenvolvernos sin mayores problemas. Luego de unas horas nos olvidaremos de que alguna vez no sabíamos cómo manejar este mouse.

 

El resto

 

El único punto que no nos gustó de este mouse fue que la batería no se puede cambiar. De todas formas, es una batería de Ion-Litio, lo que significa que soporta unos 500 ciclos de recargas, y con un uso relativamente intenso, cada ciclo rinde unas dos semanas. El cargador es propietario y se enchufa al tomacorriente (no desperdicia un puerto USB).

El sistema de scroll es por demás extraño: es un plástico fijo por el que deslizamos nuestro dedo. Intuimos que utiliza la carga eléctrica del cuerpo para mover una rueda interna, ya que con otros elementos no se activa el scroll. El soft provisto es estándar para este tipo de productos, con menús en pantalla para ajustar el volumen y otros parámetros.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí