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ANALISIS Saiz y Sapag, debilitados | ||
Las alianzas estratégicas del gobierno nacional con los gobernadores de Río Negro y Neuquén poco aportaron para avalar en el Congreso la Ley de retenciones móviles, cuya suerte se definía esta madrugada en Senadores. Jorge Sapag no pudo contra la presión de su partido (MPN), que días atrás manifestó públicamente en una solicitada la negativa frente a la iniciativa oficial. El gobernador dejó en libertad de conciencia a cada uno de los legisladores. La respuesta fue contundente: los diputados Hugo Acuña, José Brillo y Alicia Comelli votaron contra la resolución 125. Anoche el senador Horacio Lores también anticipó su rechazo. El caso de Río Negro no fue muy distinto. Pese a las presiones ejercidas por el gobernador Miguel Saiz, sólo el diputado Hugo Cuevas votó a favor del proyecto del Ejecutivo Nacional. Los otros legisladores de la Concertación rionegrina, Pablo Verani y Juan Carlos Scalesi, no apoyaron la iniciativa. Frente a este escenario, la posición de los mandatarios regionales queda muy debilitada en su relación con Nación. Fondos discrecionales, obras prometidas, y leyes por aprobar para favorecer a estas provincias, con seguridad serán revisadas por el poder central luego de esta "sublevación" de los legisladores patagónicos. Las últimas apariciones públicas de Saiz revelaron la preocupación. Más allá de los métodos, el FpV rionegrino le dio sus cinco votos a la Casa Rosada y él apenas pudo garantizar uno. Entonces no tuvo más remedio que ponerse al frente del alineamiento, primero en la conferencia de prensa del viernes pasado en el Congreso y luego el martes, junto a la dirigencia peronista que acompañó a Néstor Kirchner en la Plaza del Congreso. Por su parte, el senador Lores anticipó días atrás lo que puede llegar a ocurrir si no se apoya el proyecto oficial: "Espero que el gobierno nacional no tome represalias". Pero lamentablemente, no está dentro de la lógica del poder del matrimonio Kirchner respetar las posiciones independientes. La incondicionalidad es una variable que no negocia el poder central. Los fondos que manejan los K servirán para sancionar a aquellos que no dieron su apoyo al proyecto oficial y beneficiar a lo que sí lo hicieron. Los gobiernos de Río Negro y Neuquén, con precarios equilibrios en sus presupuestos, sentirán las posibles "represalias" del gobierno central. Un perverso juego político, que va contra el verdadero federalismo y que, paradójicamente, está sostenido en gran parte por las retenciones a las exportaciones que cobra la Nación. (Redacción Central) | ||
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