Jueves 17 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Buscan en Bariloche a dos homicidas que se fugaron en Viedma

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Aunque las autoridades presumen que los dos internos evadidos de la cárcel de Viedma podrían estar merodeando todavía por esa zona, en Bariloche tomaron los recaudos para esperarlos o para buscarlos en los lugares donde podrían esconderse.

Los dos delincuentes son homicidas que cometieron sus crímenes a los 18 años, y no tendrían vinculaciones con el hampa, salvo que hayan logrado en la cárcel los contactos que le posibiliten alimentos y albergue por un período prolongado, hasta que puedan modificar su aspecto o los ayude el olvido.

A Juan de Dios Mesa lo condenaron a sólo tres años de prisión efectiva por el homicidio de José Luis Quilapi, porque el fiscal Enrique Sánchez Gavier entendió que el crimen se produjo en el marco de una pelea entre patotas ocurrida en la madrugada del 7 de enero del 2005 en el barrio Alto. Quilapi, también de 18 años, murió desangrado a la vera de la Ruta 258 tras sufrir varias heridas de arma blanca en el pecho.

Al otro prófugo, Rolando Navarro, el 1 de diciembre del 2006 los jueces de la Cámara Primera le impusieron 13 años de prisión por el asalto y homicidio del que resultó víctima el remisero Néstor Cid, y dejaron pendiente otro juicio para establecer la responsabilidad de JPI, que tenía 17 años al momento del hecho y logró fugarse tras la segunda jornada de debate.

Ese hecho ocurrió a las 14 del 19 de noviembre del 2005 en la esquina de Miramar y Beschtedt, cuando Cid conducía un remise de la empresa COREBA con el otro homicida a bordo, y Rolando Navarro, le efectuó un disparo que lesionó el pulmón izquierdo de Cid y el cayado de la aorta cuando arrancó con el auto, para tratar de evitar el asalto.

Tanto Mesa como Navarro eran delincuentes juveniles, con antecedentes policiales cuando cometieron los homicidios, pero su marginalidad no los calificaba como miembros del hampa.

Si llegan a esta ciudad, entonces, seguramente contarán con ayuda de sus amigos y familiares, pero no con medios y una estructura que los contenga o les permita continuar su escape en otra región.

A Navarro le restan cumplir al menos 5 años de prisión, y es probable que trate de que no lo capturen. Distinto es el caso de Mesa, que ya obtuvo la libertad condicional y a lo sumo debería cumplir lo que le resta de su condena para poder salir de la cárcel definitivamente.

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