NEUQUÉN (AN).- "El ruido de los rejas que se cierran es el que marca si podés o no trabajar en una cárcel. Tenemos casos de profes que se volvieron apenas se cerró la segunda puerta y otros que fueron un día y nunca más aparecieron", comentó Javier Ríos al describir cómo es trabajar detrás de los muros de un penal.
A pesar de ello, la función del docente intramuros está depreciada y entre otras cosas los profesores no tienen puntaje como en las demás ramas educativas.
Para la mayoría de los internos, estudiar es clave. Por un lado está la motivación por aprender, por relacionarse y mejorar. Y por el otro, el hecho de sumar puntaje y lograr más rápido salidas transitorias.
"Tenemos casos de internos que empezar a estudiar dentro de la cárcel y se recibieron luego en escuelas comunes. Es complicado llegar a estas situaciones pero se puede", fue más allá Ríos durante su charla con este diario. "Cuando faltan insumos, baja el rendimiento y también la motivación", cerró.