Miércoles 16 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 26 y 27 > Sociedad
Meningitis: qué se puede hacer
Niños de hasta 2 años, mayores de 65 y convivientes hacinados, los más vulnerables.

La meningitis -inflamación de las meninges, membranas que recubren el sistema nervioso central producida por bacterias- presenta síntomas muy parecidos a los de una gripe, pero representa siempre una emergencia infectológica. Sin embargo hay indicios que permiten distinguirla, y formas de prevenirla.

Cuando se habla del gran peligro de la meningitis, se habla de meningitis bacterianas, que pueden ser causadas por neumococo o por meningococo. Ambas tienen más de un serotipo. Contra ellas hay vacunas que, según explica el infectólogo Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, alcanzan "entre un 50 y un 90 por ciento de efectividad según la vacuna". Lo que no hay es una vacuna que sirva para prevenir todas las meningitis bacterianas. Y las existentes no están contempladas tampoco en el Calendario Nacional de Vacunación.

 

Meningitis por neumococo

 

Según López, se producen en el país alrededor de 400 casos anuales, y se supone que existe un 30% más que no son reportados. Con tales cifras, dice, "se puede hablar de brote, pero no de epidemia".

La infección por neumococo, bacteria que vive prácticamente en todo el mundo, con preferencia por los climas templados como el nuestro o fríos, es más frecuente en invierno, indica la doctora Noemí Rivas, jefa de la unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gutiérrez y miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Hay vacunas antineumocóccicas para grandes y para chicos, explica. Para los chicos son las vacunas conjugadas: una provee defensa contra 5 serotipos y otra contra 7, y se aplican en 3 dosis a partir de los 2 meses de edad. Las vacunas para adultos, de costo menor, proveen defensa contra 23 serotipos y se dan en una dosis. Se la aconseja a los mayores de 65 años.

 

Por meningococo y otras

 

La meningitis por meningococo "es una enfermedad con una alta tasa de mortalidad, que oscila entre el 20 y el 30%", remarca el doctor López.

La doctora Rivas señala que contra el meningococo, que genera casos aislados pero "no brotes, en la Argentina, al menos desde hace unos 5 años", existen varias vacunas. Todas para diferentes serotipos bacterianos, explica, pero "ninguna se aplica de manera universal, ni se recomienda rutinariamente, salvo en casos particulares de personas con inmunodepresiones".

¿Cómo es el contagio, si son casos tan aislados? Simplemente, la bacteria puede habitar en las fauces o en las vías respiratorias de una persona sin que esté enferma, y luego pasar a otra persona que sí se enferma, explicó la infectóloga.

Otra de las causas de meningitis bacteriana es la bacteria Haemophillus influenzae tipo B. La vacuna que previene la infección por ella sí está incluida en el Calendario Nacional, dentro de la llamada Cuádruple, que se da a los bebés a los 2, 4 y 8 meses de edad y al año y medio de vida.

Los más vulnerables a las meningitis bacterianas, señala la doctora Rivas, son los niños hasta los 4 años de vida, las personas que viven en lugares hacinados (cuarteles, hogares geriátricos, cárceles), los mayores de 65 años y las personas con alguna enfermedad de base que afecte al sistema inmunológico.

 

Meningoencefalitis viral

 

Los cuadros más frecuentes de infección meníngea en chicos, sin embargo -y afortunadamente, podría decirse, dado que son de pronóstico mucho más favorable- son las meningoencefalitis que, a diferencia de las infecciones antes vistas, son causadas por virus. Contra este problema no existen vacunas de ningún tipo.

Los enterovirus, que circulan fundamentalmente en primavera y verano, son causantes del 90% de las meningoencefalitis virales, al igual que el llamado virus de San Luis. "Las paperas pueden desencadenar una meningitis en algunos casos, que se pueden prevenir dando la vacuna para las paperas", señala el doctor López.

 

Cómo reconocerla

 

La meningitis se presenta con fiebre muy alta, dolor de cabeza, irritabilidad, convulsiones, fotofobia (dificultad para soportar la luz) y vómitos. "En algunos casos suelen provocar en los niños unas lesiones en la piel, de color entre rosado y rojo vinoso", agrega López. Esas manchas cuando son pequeñas parecen ronchas o picaduras, pero pueden agrandarse y tomar la apariencia de moretones. "Es signo de un cuadro muy grave", advierte Rivas.

Parace una gripe pero no duelen las articulaciones ni los músculos.

Otra particularidad son los vómitos "en chorro", sin arcada. Y el cambio repentino de estado de ánimo: soñolientos o muy excitables.

En el bebé, explica Rivas, "la mamá lo siente diferente, no es como las otras veces que se resfrió". Llora ininterrumpidamente y no se alimenta.

Cuanto antes se diagnostique y se trate, mejor se pueden prevenir las complicaciones y, evitar un desenlace fatal.

Lo que no debe hacerse nunca es automedicar con antibióticos: en caso de que el cuadro sea viral no servirán de nada, y si es bacteriano puede afectar el diagnóstico y el tratamiento.

Para el diagnóstico se hace una punción lumbar para examinar el líquido cefalorraquídeo que está en contacto con las meninges.

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