Miércoles 16 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 7 > Regionales
Labate indagó a secuestradores de Cipolletti
Las víctimas eran llevadas a "La Escuelita". Una de ellas no soportó las torturas y murió.

NEUQUÉN (AN-ACE) - El juez Guillermo Labate indagó ayer a los principales responsables de la comisaría de Cipolletti, que en 1976 centralizó las detenciones ilegales en la zona rionegrina de la Confluencia. Uno de esos secuestros devino en la muerte de un productor cipoleño, que no soportó las torturas.

Antes de ser derivados al centro clandestino "La Escuelita" fueron secuestrados en Cipolletti Edgardo Kristensen, Norberto Blanco, Antonio Giménez, María Lucca y Pedro Trezza, entre otros.

Algunas víctimas fueron "liberados" ante los comisarios de Cipolletti, donde les indicaban que debían guardar silencio sobre lo que habían padecido.

A una joven secuestrada en Cinco Saltos, que luego de ser sometida a tormentos se le sacó la venda en la comisaría de Cipolletti, la quisieron convencer de que "había sido encontrada en un baldío" en estado deplorable.

El productor cipoleño José Luis Albanesi fue secuestrado por personal de la comisaría Cuarta, que lo entregó al Ejército para su traslado a "La Escuelita".

Albanesi no soportó una interminable sesión de picana eléctrica. A la familia se le indicó que había muerto "de impresión" cuando estaba detenido en la U9. Según se supo el parte de defunción, firmado por personal militar, indicaba muerte natural: paro cardíaco.

"La policía de Cipolletti no realizó procedimientos por decisión propia sino bajo orden y dependencia operacional del área militar; el teniente primero (Gustavo) Vitón era el jefe de operaciones", dijo en su defensa en 1984 el comisario Antonio Camarelli, ante

las denuncias que hicieron las víctimas en la Comisión Nacional de Personas Desaparecidas (Conadep).

Ayer Camarelli volvió a declarar ante el juez Labate,lo hizo por varias horas, pero el tenor de sus dichos se desconoce.

El lunes fue el turno de Vitón, quien también respondió por los cargos de secuestros, torturas y desapariciones. Se desconocía cuál fue su declaración.

También declaró Miguel Quiñones, sindicado junto con Camarelli y Enerio Huircaín como los jefes policiales que integraban los grupos de tareas con el Ejército, en 1976.

"Quiñones decía ser el filtro", declaró Eduardo París, en referencia a que los policías rionegrinos se les presentaban a los secuestrados como "de los buenos", antes de "la picana" de los militares.

También fueron indagados los policías Julio Héctor Villalobos y Oscar Ignacio Del Magro, pero se abstuvieron de declarar.

El juez Labate le otorgó la prisión domiciliaria a José Ricardo Luera, por su edad.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí