Miércoles 16 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Movilización y misa por el joven asesinado en Viedma
Ayer se cumplió un mes del homicidio de Atahualpa Martínez

VIEDMA (AV).- Más de un centenar de personas volvió a marchar por las calles de Viedma para pedir justicia por el homicidio de Atahualpa Martínez. Ayer se cumplió un mes del hecho sin que, hasta el momento, se conozcan datos certeros sobre lo que sucedió aquella madrugada de domingo ni sobre él o los autores de este asesinato que terminó con la vida y la ilusión de un joven que quería ser médico.

Sus padres y familiares directos encabezaron la marcha de la que participaron jóvenes, amigos, estudiantes, vecinos, hospitalarios compañeros de trabajo de la madre de Atahualpa, los padres de la joven Verónica Díaz y concejales.

Partió desde el CEM Nº18 al que concurría el joven y luego de recorrer la ciudad finalizó en la catedral de Viedma con una misa que ofreció el obispo Esteban Laxague, acompañado por dos sacerdotes.

Gigantografías con la imagen del rostro de Atahualpa fueron colocados en el altar de la iglesia al igual que las pancartas que piden Justicia.

La mamá del joven, Julieta Vinaya, reiteró que no descansará hasta encontrar al asesino de su hijo y a los cómplices que lo ayudaron para subir a Atahualpa al vehículo que lo condujo hasta el lugar donde fue encontrado su cuerpo, en las afueras de Viedma. También habló de la inseguridad a la que está expuesto cualquier joven en esta capital.

"Hay que seguir andando nomás" fue el estribillo de la canción con la que comenzó el oficio religioso y al que se sumaron desde el obispo hasta los familiares. Laxague convocó a luchar por la vida , "no callarnos frente a tantas vidas arrebatadas" y pidió por la esperanza, la paz y la justicia. Instó a pedir perdón "porque muchas veces no recorrimos los caminos que tuvimos que recorrer, porque con nuestros silencios, ausencias e individualismos hemos hecho que esta historia tenga menos luz, menos vida". Pidió que la comunidad no quede indiferente ante esta partida de Atahualpa ni ante la de Emanuel de cuatro y su hermanita de un año y medio "fallecidos a causa de la injusticia, la pobreza y el olvido". Ayer también se cumplió un mes de estas dos muertes ocurridas con el incendio que destruyó una precaria vivienda donde estas dos criaturas vivían con su mamá.

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