Miércoles 16 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
La hora de los miedos y los fantasmas
Cristina Loza habló con "Río Negro" de su reciente novela. "La hora del lobo" es una continuación de "Malasangre".

"Todo es más terrible cuando está oscuro" // "Salí de muchas cosas de mi

vida por haber escrito" // "Siempre hay un lobo que despierta con las

circunstancias" // "Escribiendo podemos vivir muchas vidas juntas" //

 

En "Malasangre", su primera novela, la escritora Cristina Loza cuenta la historia de Pilar, un niña de 12 años que pasa sus vacaciones en una estancia del norte cordobés. La nena observa las cosas que ocurren en el mundo de los adultos pero no las puede entender. Aún es pequeña. Hay un suicidio y varios episodios que no puede procesar por su edad.

La segunda parte de la historia está en "La hora del lobo", la última novela de una las escritoras más vendidas en Córdoba.

Pilar se separa de su pareja y, 25 años después, decide regresar al mismo lugar, donde está su abuelo don Pancho Montero, un caudillo conservador. Pilar está confundida, sin rumbo. Necesita refugio. "Como nos pasa a muchos de nosotros, ella cree que en alguna parte nos vamos a tranquilizar, que hay un sitio donde están las soluciones. Por eso va a la estancia en busca su lugar en el mundo a fin de poder acomodar su interior", explica Loza, en una charla con "Río Negro".

En la estancia de su abuelo, Pilar desentrañará algunos de los misterios de su infancia, podrá ponerle palabras a cosas que intuía y, además, se encontrará con varias sorpresas. Al descifrar qué le pasó a esa tía joven que se suicidó en el verano del '53 viajará hasta la Argentina del '45, donde prevalece la presencia de Eva Perón.

"El peronismo atraviesa el libro como lo hace con el país. Siempre está presente en nuestras vidas, influyendo en nuestra manera de vivir y de pensar, más allá de que uno esté a favor o en contra", comenta la autora de "El revés de las lágrimas", novela finalista del Premio Planeta 2004 y que lleva vendidos más de 25.000 ejemplares

-¿Por qué dice que en este libro se metió en un abismo riesgoso y fascinante?

-Porque me tuve que meter en la piel de un torturador y recrear una escena de tortura. Me metí en el cuero de un caudillo conservador, de una niña dejada por su amante... Es riesgoso cuando es muy oscuro. Son los pliegues del alma y asusta.

-¿Cuánto hay de autobiográfico en la novela?

-No necesariamente. Hay una manera de mirar que tiene la novelista y también lo tiene Pilar. Una manera de conectarse con el mundo. Nunca cae lejos la fruta del árbol. A su vez los personajes dicen y hacen cosas con las que no estoy de acuerdo. Creo que escribir es un exorcismo. Yo salí de muchas cosas de mi vida por haber escrito. Creo que nos salva de la locura. Rosa Montero dice que somos esquizofrénicos con carnet. Escribiendo podemos vivir muchas vidas juntas.

-Don Pancho Montero sabe todo de la familia.

-Sí, es un viejo lobo. Así como en la novela tenemos un represor, los peronistas y la familia, todo en un momento somos lobos. Nadie puede ser inocente ni malo todo el día. Creo que el hombre no puede decir soy honesto o bueno hasta que no es probado. Antes de la experiencia no se puede afirmar nada. Creo que adentro siempre hay un lobo que despierta con las circunstancias.

-En la novela dice que la vida arrastra voluntades y destinos...

-¿Y no es verdad? Yo tengo un frase que me gusta mucho. "Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes". Como individuo nos ponemos objetivos pero hay voluntades ajenas. No estamos solos. Pero no podemos dejar de intentar. Después están las otras voluntades. Lo que no se puede es tener sólo un plan A. Hay que contar con alternativas.

-¿Por qué se llama La hora del lobo?

-La hora del lobo son las 4.40. La madrugada, cuando todavía no amanece, es cuando los fantasmas y los miedos son más grandes. Todo es más terrible cuando está oscuro. Por estadísticas, es la hora en la que más gente muere en los hospitales.

JUAN IGNACIO PEREYRA

ipereyra@netkey.com.ar

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