En el ámbito urbano, perros, gatos, ratones, conejos y murciélagos pueden ser transmisores de la rabia. Si se ve un murciélago volando de día o tirado en el suelo, puede ser síntoma de que esté infectado. La vacunación anual de perros y gatos como única herramienta efectiva para controlar esta enfermedad infecciosa y mortal.
En el ámbito urbano -y en todo el país- se considera a la rabia un mal latente, que puede transmitirse no sólo a través de perros, como es la imagen más común, sino también de gatos, ratones, conejos y murciélagos, entre otros animales de sangre caliente. La rabia o hidrofobia es una enfermedad con distribución casi mundial. Se trata de una zoonosis, es decir, de una enfermedad que se transmite del animal al hombre (o viceversa) y es producida por un virus que ataca al sistema nervioso central de las personas o animales, al que llega a través de los nervios de la zona de mordedura o contacto. La rabia es una enfermedad mortal para la que no existe tratamiento.
En el 2003 se registraron 157 casos de rabia en las provincias de Salta y Jujuy en la frontera con Bolivia. Entre noviembre del 2006 y febrero del 2007 hubo 9 casos más en Jujuy.
Este año cundió cierta alarma porque luego de 27 años murió un gato a causa de rabia, que podría haber sido contagiado por un murciélago en el barrio porteño de Caballito, y apareció otro murciélago con rabia en pleno centro de esa ciudad.
Los signos de la enfermedad
La primera evidencia de la enfermedad en los animales suele notarse en el cambio de conducta. Un perro manso puede pasar a ser violento y mordedor. También suele haber cambios en el sonido de los ladridos o los maullidos.
En el caso de los murciélagos, es importante tener en cuenta que cuando vemos uno que vuela de día o se encuentra en el piso, es muy probable que haya contraído la enfermedad y es riesgoso su contacto con el hombre o animales domésticos ya que pueden ser mordidos y contagiados.
