VIEDMA (AV)- Los concesionarios de los servicios de la terminal de ómnibus plantearon sus quejas al municipio capitalino como consecuencia de un abultado encarecimiento en los derechos de alquiler.
La presentación se hizo ante la Secretaría de Obras Públicas con la firma de 12 representantes que concentran el grueso de atención a los usuarios del autotransporte de pasajeros. La nota ingresó ayer al despacho que conduce Néstor Olivares.
Exigieron una explicación y una revisión de lo actuado ya que las boletas de las expensas comunes treparon de 271 pesos a 430 con un incremento del 60 por ciento.
El alza está vinculada con un reconocimiento que e hizo a la empresa de aseo público en el contrato anual por 114.200 pesos.
La compensación -que impactó en las oficinas de atención al público y los servicios gastronómicos- estaría relacionada con que la administración del intendente Jorge Ferreira valoró jurisprudencia de reclamos empresarios por mayores costos.
Durante el resto del año el costo para las concesionarias se verá reducida dado que a la última facturación se le adosó un retroactivo de incremento a valores de enero.
A esta controversia se sumó que no habría controles respecto del estado sanitario de las unidades automotrices que deben descargar allí los baños químicos, dado que al pa
recer el municipio no tiene facultades para actuar ni tampoco se sabe que el ministerio de Salud Pública extienda los certificados correspondientes.
El edificio posee amplios y bien cuidados jardines pero además se acrecientan las quejas de los choferes sobre el aspecto inseguro que rodea a las calles de ingreso y egreso de unidades. Más de uno observó que los baches ponen en peligro los pulmones de la suspensión neumática de los pesados vehículos.
En abril pasado, los responsables de las empresas de transportes manifestaron su preocupación a Ferreira y la presidenta del Concejo Deliberante, Hilda Schlitter, por la permanencia de menores de edad en el edificio.
El planteo se originó a partir de un grave hecho policial que tuvo lugar allí cuando se registró un impacto de bala en el lateral del edificio, que afortunadamente no ocasionó más daños que los materiales, tal como relataron en la misiva.
Por ello, los agenciaros se mostraron alarmados en forma extrema por la permanencia de menores a toda hora, dentro y fuera del edificio, y apuntaron que los chicos y adolescentes ocasionan molestias e inconvenientes al público en general y a los que trabajamos aquí.
Luego de esa queja se instaló allí un servicio policial de 24 horas.
