El fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), el argentino Luis Moreno Ocampo, pidió hoy la captura internacional del presidente sudanés, Omar al-Beshir, tras acusarlo de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad en el conflicto de Darfur, en el oeste de Sudán. 

 El procurador general del primer tribunal de justicia internacional permanente para crímenes graves dijo que el presidente Beshir "elaboró e implementó" un plan para aniquilar a gran parte de tres tribus no árabes de la región de Darfur con una campaña de asesinatos, violaciones y deportaciones. 

Moreno Ocampo pidió a un panel de tres jueces una orden de captura contra un jefe de Estado en funciones, Beshir, para preservar la vida de los 2,5 millones de personas que aún son blancos de ataque en Darfur de milicias que apoyan al gobierno, conocidas como janjaweed.

Pese a la decisión, no se cree probable que Beshir comparezca ante la CPI, al menos en el futuro cercano. El gobierno sudanés, que desconoce la jurisdicción del tribunal, rechazó la medida e insistió en que el fiscal actuó guiado por motivaciones políticas, y, además, la decisión de los jueces podría demorar meses. "El genocidio es un crimen de intención: no podemos esperar a que mueran estos 2,5 millones de personas", dijo Moreno Ocampo. 

 La decisión se adoptó pese a los temores generales y las advertencias del gobierno sudanés de que la medida podía inflamar las tensiones en Darfur, causar represalias contra refugiados y provocar la expulsión de trabajadores voluntarios y tropas de paz de esa región del oeste de Sudán. 

 "El fiscal Luis Moreno Ocampo presentó hoy evidencias que muestran que el presidente Omar al-Beshir cometió los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en Darfur", dijo su despacho en un comunicado. 

 "El fiscal concluyó que hay fundamentos razonables para creer que Beshir tiene responsabilidad criminal en relación a 10 cargos de terrorismo, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra", agregó el texto, enviado a Télam por correo electrónico. 

 La ONU dice que más de 300.000 personas murieron en Darfur y 2,5 millones debieron abandonar sus hogares desde el inicio del conflicto, en febrero de 2003. El gobierno de Sudán afirma que los muertos fueron 30.000.

El conflicto comenzó cuando tribus africanas no árabes se alzaron en armas contra el gobierno árabe de Jartum -capital del país- y las milicias árabes que apoyan al gobierno, en una lucha por poder y recursos. El gobierno de Sudán, que no reconoce la jurisdicción internacional de la CPI, rechazó el pedido de captura. "Para nosotros no existe nada que venga de la CPI", afirmó el vocero de la Cancillería sudanesa, Ali Al Sadig.

En una señal del malestar que causaba en Sudán la posibilidad de una acusación contra Beshir, su gobernante Partido del Congreso Nacional advirtió ayer de "más violencia y sangre" en Darfur si la CPI acusaba al presidente. "Soy un fiscal al frente de un caso judicial. El genocidio está ocurriendo ahora. Mujeres de 60 años y mujeres de seis están siendo violadas", dijo el fiscal argentino en declaraciones citadas por la cadena de noticias CNN.

 El primer ministro británico, Gordon Brown, urgió al gobierno sudanés a colaborar con la corte, informó la cadena BBC. "Llamamos al gobierno de Sudán a cooperar con la Corte Penal Internacional. La Corte tiene nuestro apoyo a sus actividades", dijo Brown en su conferencia de prensa mensual.

Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se manifestó "muy preocupado" de las consecuencias que la acusación podría tener en el proceso político interno y para las fuerzas de paz de la ONU en Darfur, en una entrevista que publicó hoy el diario francés Le Figaro.

El martes de la semana pasada, siete miembros de las tropas de paz de la ONU murieron y 22 resultaron heridos en un ataque en Darfur atribuido por algunos a las milicias pro-gobierno. La Liga Arabe convocó una reunión de emergencia para el sábado para discutir el tema de la acusación contra Beshir y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) advirtió de "graves ramificaciones". 

 Moreno Ocampo afirmó que la campaña sistemática de violaciones estaba dando por resultado una generación de "bebés janjaweed" y "una explosión de infanticidio" de parte de las víctimas. El fiscal argentino dijo que la comunidad internacional debía actuar de manera urgente. "La comunidad internacional fracasó en el pasado, no detuvo el genocidio de Ruanda ni los crímenes en los Balcanes. Estamos frente a un genocidio. ¿Es fácil detenerlo? No. ¿Es necesario detenerlo. Sí", concluyó.

Fuente: Télam