-En el libro que acaba de publicar hay un homenaje suyo a Perón donde rescata...
- ...El reclamo de concordia con que volvió Perón al país, y que fue muy notable. Hay discursos de él en el marco de ese retorno que son muy importantes. Habla de democracia integral: "Todos somos dueños del país", habla de mayoría y minoría como conceptos circunstanciales. Tiene reflexiones de terrible actualidad sobre lo que debe promover la política: vivir en paz, en seguridad, teniendo a la patria como objetivo... que las diferencias no impidan tener un manojo de cuestiones en común.
-¿Se hizo peronista?
-¡No, no! Incluso vengo de familia que sufrió mucho con el peronismo y no comparto el grueso del ideario de Perón, pero no tengo una visión patológica del peronismo. Se puede estar o no de acuerdo con mi pensamiento, pero soy un político que estudia, que argumenta sus ideas, sus visiones y puedo, en consecuencia, asumir públicamente el rendir un homenaje a Perón desde la absoluta serenidad de que se sabe lo que pienso. Por principios no puedo dejar de reconocer que en el mensaje de mayo del '74, ante la Asamblea Nacional, Perón traza caminos que aún hoy no hemos asumido. Una conducta que, por otra parte, encuentra una réplica importante en Balbín cuando éste habla de "conjugar los verbos comunes de la comprensión". Uno y otro cerrando heridas sin perder identidades, sin caer en las barbaridades que habían ocurrido en manos de unos y otros.
-Por estas semanas pareció que la antinomia peronismo-antiperonismo está latente. Esta posibilidad está en mano de mucho del discurso cotidiano de, precisamente, muchos de los "unos y los otros", pero descarnada especialmente en el discurso de planos del gobierno. ¿Está latente esa antinomia?
-No en los términos que tuvo en el pasado, que es materia de la historia. En ese homenaje dije que nos merecemos ser recordados como "aquellos de quienes se diga que nada aprendieron y nada olvidaron" ¡Lo que pasa es que Kirchner..!
-¿Kirchner qué?
-Fija posiciones apelando a un pasado en que las cargas están muy repartidas.
-¿Desde qué cosmovisión de la política manda Kirchner? ¿Qué es Kirchner políticamente?
-Lo que Perón hizo de la
Plaza de Mayo el 1 de mayo del '74. ¿Y qué cosmovisión de poder tiene? Piensa el poder como centralidad excluyente. De ahí esa furia por el copamiento inexorable de todos los resortes del poder ¡Ésta es una lógica de hierro para el kirchnerismo!
-En estos meses se especuló mucho sobre cómo hubiera tratado Perón el dime y direte de las retenciones. En todo caso especulación, pero válida como ejercicio intelectual. Hay quienes dicen -"Chacho" Álvarez en voz baja- que Perón no hubiese sido tan frontal. El historiador Galazo sostiene, por ejemplo, que Perón no hubiese chocado con la Federación Agraria Argentina, la hubiese sumado de entrada, y más opiniones en esa línea. ¿Usted qué piensa?
-Seguramente Perón hubiese sido muy institucional; en consecuencia más orgánico, menos confrontativo.
-¿Hubiese consultado más al Ejército que a sí mismo?
- No sé, pero el Ejército era su termómetro... mucho más que la CGT y el partido peronista.
-Hablar de furia es un término que nos podría llevar a apelar a la psicología para explicar qué?
-No, no... lo uso en función de la voracidad, el enojo permanente con que hace política Kirchner y su kirchnerismo. Yo no comparto ciertas visiones de naturaleza psicológica que procuran explicar la conducta de Kirchner o el kirchnerismo desde patologías, etcétera. Pero ya que arrancamos hablando de esta sistematización de ideas que reúno en mi nuevo libro, también es cierto que hoy yo no volvería a escribir o a definirlos como lo hice en algún momento, y que incluso están en esas páginas, porque forman parte de la visión muy sincera de mi parte que tuve de la política en momentos muy puntuales...
-¿Qué no volvería a escribir de Kirchner?
-Que es muy astuto, por ejemplo... por darle un caso.
-El tema de la astucia develaba a Suárez, padre de padres de la transición española. Decía que en la historia siempre está abierta la posibilidad de aquél que "pasa por ser un astuto necesario y suele terminar siendo un estorbo inaguantable". ¿Puede ser ese el destino del Kirchner?
-Antes déjeme explicarle por qué en el 2006 advertí que era un error subestimar a Kirchner y dije también que era muy astuto. Veníamos de dos grandes crisis que las manejó con lo que definí como habilidad. Una, hizo a la seguridad. Fue cuando Buenos Aires y el Gran Buenos Aires bordearon la sublevación por la inseguridad. El momento que tuvo en Blumberg, y su dolor, un estandarte. Kirchner derivó el problema al Parlamento y lo fue acompañando serenamente, sin que se transformara en más conmoción de lo que ya era. Pero lo concreto es que en el campo de la seguridad estamos peor. También me pareció hábil como salió de la derrota que le infligió a él, como presidente, el proyecto Rovira en Misiones. Ante ese hecho, Kirchner desarma los procesos reeleccionistas que alentaba en el interior y sale. Esas conductas lo mostraban como un político jorobado, pero pragmático. Pero no era así. Es reticente a asumir experiencias. Su estilo de ejercer el poder es patoteril, provocador. No tiene nada de creativo. No es hábil. De serlo, hubiese logrado muchos de sus objetivos sin crispar a la sociedad, con cautela, manejando criteriosamente el poder que supo construir el kirchnerismo a lo largo de estos años. Pero no lo hizo. Y ahora tiene un gobierno empantanado, entre otras razones, por ir por más y más.
-¿Cómo está hoy ese poder?
-Limado, muy limado... Cuando uno tiene ese poder no se queda empantanado, puede tener dificultades y problemas consustanciales al ejercicio del poder, pero no puede quedarse empantanado ni empantanar al país que gobierna. Y hoy Argentina está empantanada por culpa terminante del gobierno nacional. No tiene proyecto, hace política desde la emociones, se maneja desde resentimientos muy profundos.
-Días atrás, en una cena en una embajada europea de primer rango, el embajador le preguntó a un senador nacional oficialista, por qué en la política argentina siempre se hace algo de más y encima se lo hace mal. El senador le contestó apelando a Ortega y Gasset, sobre el cual tiene un ensayo que jamás publicó: porque cuando algo nos sale bien, nos creemos que tenemos un destino perlatado. ¿Por qué esa cultura de la política argentina de ir siempre a algo desde lo no aconsejable?
-No siempre ha sido así, aclaremos...Pero me parece que la política argentina ha caído desde hace muchos años en falta de correspondencia con lo que sucede en el mundo, y de ahí que se formen imaginarios y se actúe con carencia de racionalidad. Mire, si para legiones de políticos argentinos Chávez es un ídolo, pero no lo es ninguno de los líderes que hoy conducen Europa, bueno... algo grave está sucediendo en la política argentina.
-Pero ese provincianismo ya lo denunciaba Alvear, que no era precisamente un hombre de sentencias muy elocuentes...
-Y... los esfuerzos renovadores, los esfuerzos destinados a poner la mirada en el horizonte, más allá del metro cuadrado que se pisa, siempre tuvieron que enfrentar ese tipo de mentalidad.
-¿Frondizi?
-Un caso, sí, sí. Y hoy pasa mucho en la oposición política a este gobierno.Lo de la oposición es notable. No puedo entender cómo no se referencia con nada, a no ser consigo mismo.
-¿Qué quiere decir?
-En política uno siempre se referencia con algo de lo que pasa en el mundo en el campo de las ideas, en el plano de las soluciones de problema, etc, etc... Pero acá nada. La oposición -y hablo de aquellas fuerzas con representación concreta en la estructura de poder- no se vincula a nada de lo que pasa en el mundo. Usted no encuentra un dirigente opositor que despliegue un punto de vista, un manojo de ideas con argumentaciones que abrevan en conclusiones propias y de lo que pasa en el mundo con este o aquél problema y su tratamiento, su solución... ni siquiera hablan de lo que está cerca y con lo que deberíamos mirarnos: Chile, Brasil, Uruguay... Europa se mira todos los días la cara. No, aquí la oposición parece ganada de cierta cosmovisión muy insular de la política. Una situación que el kirchnerismo alentó incidiendo sobre distintos puntos de la oposición para transformarla en un archipiélago.
-Pero en política hay insularidades trascendentes en riqueza de ideas, de debate, de mirar hacia afuera...Gran Bretaña, por caso. En los momentos incluso más crudos miró hacia afuera, aun sintiéndose muy distinta al resto...
-Por supuesto ¡Como se mira desde hace tiempo toda Europa entre sí! De todas maneras -y no quiero sin injusto-en el tema retenciones, la oposición se ha revalorizado. Está dando un buen debate en el Parlamento, un debate digno, muy digno bajo presiones de diversa índole. Hay que reconocerlo plantearse interrogantes de cara al futuro.
-¿Plantearse qué?
-Si de esta experiencia puede coaligarse una fuerza, una coincidencia para cruzársele en el camino en el 2009 al kirchnerismo...
-¿Y usted cree que eso puede suceder?
-No sé, pero la oposición está ante una inmensa oportunidad para convertirse en control y balance del gobierno.
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com