Los conciertos con que los cantautores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés palparon la llegada de su obra en la Argentina, son el objeto de una cuidada reedición que recupera íntegramente el repertorio ejecutado en aquella serie.
La primera incursión formal de los trovadores en la escena local a apenas cuatro meses del fin de la dictadura militar en la Argentina, fue una celebración a la que se sumaron reputados artistas locales como León Gieco, Antonio Tarragó Ros, Víctor Heredia, Piero, César Isella y Cuarteto Zupay.
El registro de la imponente seguidilla de catorce recitales en el estadio Obras Sanitarias tuvo una versión en casete y, años más tarde, una reedición en CD donde se reunieron 17 canciones.
La cuidada publicación en los dos CD "Silvio Rodríguez-Pablo Milanés en vivo en la Argentina", reúne 20 temas (se agregan "El tiempo está a favor de los pequeños", "Para el pueblo lo que es del pueblo" y "Creo en tí") que completan y dan un testimonio definitivo de esos antológicos recitales.
La obra de la Nueva Trova Cubana ya llevaba casi dos décadas de fecunda tradición expresiva en que el talento y la belleza abonaban a un repertorio de marcado perfil político e ideológico.
Rodríguez y Milanés, seguramente los dos más brillantes exponentes de ese colectivo de músicos, fueron los principales encargados de representar a la Revolución Cubana en escenarios del mundo.
Ellos eran hacedores de un cancionero que, aún con las diferencias estéticas y las particularidades de cada uno, entonces sintetizaba el discurso de la isla socialista frente a la situación latinoamericana.
Las canciones emblemáticas de ambos acompañaron clandestinamente -a través de cintas camufladas- a la militancia juvenil argentina en la larga y siniestra noche de la dictadura que asoló al país desde marzo de 1976.
Con todo, esa marcada pertenencia política no devino en panfleto ya que la lírica de Silvio (una de las más inspiradas de la poesía iberoamericana) y la calidez de Pablo (un excelso cantante, además) sostuvieron su posición sin privarse de la calidad y de la hondura.
Para exhibir lo que significó el arribo de los cubanos a la Argentina, la reciente placa doble incluye fotografías de Antonio Massa que relevan cada paso previo a los conciertos, muestran imágenes de los shows y también postales más íntimas en los camarines del estadio enclavado en el barrio porteño de Núñez.
La grabación realizada con el equipo móvil de Estudios del Cielito al mando de Gustavo Gauvry, fue remasterizada por Tomás Tyrrell y Federico San Millán, y constituye un documento que sintetiza lo que decía la música popular de esta parte del mundo.
Una modesta banda integrada por Eduardo Ramos (bajo y dirección), Frank Bejerano (batería y bongós) y Jorge Aragón (teclados), secunda a los cantautores que se reparten el protagonismo.
El primero de los discos hace eje en Rodríguez, quien aborda solo las gemas "Por quién merece amor", "Te doy una canción", "Unicornio", "El
tiempo está a favor de los pequeños", "Canción urgente para Nicaragua" e "Historia de la silla".
Junto a Milanés hace "Óleo de una mujer con sombrero", con Heredia aborda "Todavía cantamos" y con Zupay "Ojalá".
También con el grupo vocal y su autor, Piero, se aprecia "Para el pueblo..." en una versión a la que Piero le agregó la estrofa -que no aparece en el libro de letras- "Olvidemos la venganza/ recordemos qué pasó/ Si hay justicia que ajusticien/ con una Constitución" que es abucheada por parte del público.
La segunda placa es casi toda de Milanés quien se encarga de "Yo pisaré las calles nuevamente", "Años", "La vida no vale nada", "Yo no te pido" y "Creo en tí".
También se une a Gieco para "Carito", a Tarragó en "La vida y la libertad", a Silvio en la bella "Yolanda" y a Isella con el que canta "Pobre del cantor".
El final, de tinte apoteótico, convoca a todos los artistas en una exaltada mirada sobre "Canción con todos", el clásico de César Isella y Armando Tejada Gómez que era considerado un hito de la canción latinoamericana.