Domingo 13 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
Un poblado de cien familias en el cauce del Arroyón
El lugar se hizo para desviar el exceso de agua del río Neuquén. De usarse perderían todo.

EL ARROYÓN (enviada especial, Shirley Herreros).- Más de 100 familias con sus viviendas, animales de corral, despensas, emprendimientos productivos, tractores, autos y camionetas habitan el cauce , construido en 1910 para derivar por allí el exceso de la creciente del río Neuquén cuando peligre toda la Confluencia.

Para estos vecinos, la posibilidad de desviar el exceso de agua es una espada de Damocles pues perderían todo lo que tienen.

Es una población que cuenta con energía eléctrica y medidores domiciliarios, por cuyo servicio sus moradores pagan a la empresa Edersa y donde consta la leyenda: "El Arroyón, Cordero".

"Cuando entré hace cuatro años, sabía que esto era para que pasara el agua del río; que podía inundarse o no llegar nunca el agua", dijo un poblador asentado a pocos kilómetros del nacimiento del derivador.

Allí tiene su casa y un emprendimiento de alfalfa. A lo lejos se observan, siempre adentro del cauce del desviador, varias viviendas de material, con sus galpones, vacas, otros animales de corral y mejoras que datan de al menos 15 años.

Si se abre el desviador para que pase el agua del Neuquén perdería todo. Algunos kilómetros más hacia el trayecto del lago Pellegrini, el cauce ya no es tan visible: parece una zona de chacras hecha en una hondonada surcada por tranqueras y varios emprendimientos de granja que lucen en lo que se denomina "Paraje el 15".

Hacia El Arroyón, en la desembocadura al lago, está la zona denominada por los lugareños como "alto arroyón", "arroyón bajo" y "arroyón medio" antes de llegar al embudo que se produce en el puente que todos los automovilistas cruzan cuando se accede a la villa turística del lago Pellegrini, en la península de Ruca Co.

 

En el puesto de Godoy

 

Marina Navarro compró un campo en el "arroyón bajo" hace menos de un año, y allí se instaló con su esposo e hijo. Ese terreno tuvo al menos tres dueños anteriores y se lo conoce como "puesto de Godoy".

La familia tiene un emprendimiento de pollos parrilleros y como todas las parcelas en ese tramo, a su casa se accede a través del camino que bordea el agua, en medio de un laberinto paradisíaco en otoño debido a los colores del bosquecito de olivillos que impera en la ribera.

"Invertimos todo lo que trabajamos en los últimos cinco años en mejorar este lugar y en poner los pollos. Antes de ayer nos enteramos de todo esto -por la posible inundación- y me entristecí mucho porque si el agua nos lleva todo no vamos a poder a empezar otra vez; como había luz eléctrica y una calle hecha, no pensé que podría ser ilegal, invertimos todo lo que teníamos en esto e incluso esperábamos tramitar el título", dijo la mujer.

Carlos Fernández es transportista en Cinco Saltos y hace 30 años que tiene su puesto allí. En abril del 79 el agua le llevó la vivienda y por ello se mudó a un lugar más alto, donde actualmente un encargado se ocupa de su cultivo de alfalfa y de los cerdos.

"Aquí hay mucha gente, yo calculo unos 50 vecinos; casi nunca pasa esto de que venga el agua, ya me inundé y por eso me moví para arriba. Hay que estar alerta, pero no es todos los años; es obvio que nadie nos trajo de prepo acá", justificó.

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