Domingo 13 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 08 > Nacionales
La crueldad deja recuerdos imborrables

NEUQUÉN (AN/ACE) - "Con un aparato chiquito me conectaban a los cables, por un lado con las esposas y luego el cable lo pasaban por el cuerpo. Particularmente por la garganta y la boca, por eso tengo todos los dientes rotos. Porque al conectarte la electricidad se contraen los músculos y mordés el terminal de la picana...", contó "Nano" Balbo sobre la cruel experiencia que le hicieron vivir sus secuestradores.

En esos primeros días tras el golpe, aún no había sido montada la "Escuelita", el centro clandestino del Batallón de la Ruta 22, de manera que los llevaban a la delegación de la Policía Federal, en pleno centro, donde Guglielminetti era quien comandaba las sesiones.

"No es que nos picaneaban en el sótano. En el sótano nos tenían y sí nos hacían escuchar las torturas a los otros, porque era una manera de torturarnos a nosotros", contó acerca del lugar.

Detalló que el lugar donde los torturaban estaba cerca de la entrada. "Había un pasillo transversal, al final estaba el sótano, pero en otro sector había un salón grande, con una mampara de vidrio, que se veía el patio y sobre esa mampara nos torturaban. La mampara tenía una cortina y había una radio que la ponían muy fuerte", contó. A veces la radio nos servía para tener noción del tiempo...", dijo.

"Me acuerdo que esa noche, que estaba muy mal porque me habían picaneado mucho, escuché el cierre de la edición del día de LU 19. Era un cierre muy típico... me parece que era una canción que cantaban Las Voces Blancas. No me acuerdo el nombre de la canción, pero la música es imborrable..." , añadió Balbo en su estremecedor relato.

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