CIPOLLETTI (AC).- En las esferas docentes, judiciales y policiales que accedieron a la información, muy reservada, prevalecía ayer un sentimiento de incredulidad y repudio. Una nena, alumna primaria, de 16 años, con un retraso madurativo, presuntamente estaba siendo abusada sexualmente por su padrastro y su tío, y lo habría sido, y desde muy chiquita, por su abuelo, quien murió no hace mucho tiempo.

El padrastro fue apresado ayer entre las 13 y las 14 y estaba alojado en la Comisaría Cuarta, mientras que el tío, por parte de madre, era intensamente buscado y se consideraba inminente su aprehensión.

"Es uno de los casos más escalofriantes a los que he tenido acceso en los últimos años", dijo un veterano abogado, quien conoció detalles de lo ocurrido.

"No se puede creer. Estoy sorprendido, e indignado. Lo que ha sufrido esa niña debe haber sido de una crueldad infinita", confió ayer un oficial de alto rango de la comisaría del centro, donde el viernes por la noche se recepcionó la denuncia. Dijo el policía que con las nuevas disposiciones deben pasar de inmediato las actuaciones a la fiscalía y a la justicia de menores y que así lo hicieron.

La denuncia la planteó una maestra que ejerce en una escuela de Neuquén a la que concurría la niña, quien ya sin capacidad de seguir viviendo de una manera tan atroz confió en la docente y le relató su calvario. Lo hizo como pudo, porque su retraso madurativo, un nivel medio de discapacidad, hace difícil y lenta su forma de expresión.

La muchachita -de 16 años pero con capacidad física y mental de 11- vivía con su madre, el padrastro, al parecer el tío y varios hermanos en una vivienda ubicada al sur del área del Parque del Ferrocarril, desde la calle Fernández Oro hacia la calle Tres Arroyos, trascendió. En total son siete hermanos, el mayor de 21 y la menor una criatura de casi año y medio.

Habría sido abusada sexualmente la nena por su abuelo desde temprana edad -no tendría más de cinco años- y tras la muerte de este presunto depravado lo habrían seguido haciendo su padrastro y un tío, con violaciones reiteradas y agravadas.

Un trámite judicial clave se realizó ayer sobre el filo de las 12 en el edificio de tribunales de España y Urquiza: la Cámara Gesell, sistema por el que se preserva la declaración de la nena que se toma como oficial, con una experimentada psicóloga como interlocutora. Detrás de un vidrio de esa cámara -una oficina, en realidad- sin visión desde adentro pero sí de afuera al interior, se hallaban la fiscal Silvana García, la asesora de Menores Alicia Merino y la jueza en lo penal Alejandra Berenguer.

Se supo de fuentes indirectas que el relato de la menor "no dejó dudas, conmovió y conmocionó" y que la jueza Berenguer le ordenó a la jefatura de la comisaría la inmediata detención del padrastro, lo que se produjo antes de las 14.

Mientras se buscaba al tío, se investigaba si la madre sabía algo de esta tremenda tragedia de su niña discapacitada y por disposición judicial la chiquita habría quedado al amparo de la valiente maestra que asumió la responsabilidad de defender a su alumna radicando la denuncia.