"Uno a uno" es el título de una nueva antología de relatos sobre los '90 que reúne a escritores argentinos de la nueva generación, quienes aportan una mirada personal sobre una década atravesada por la impunidad, la farandulización y la euforia, en una selección de textos de Diego Grillo Trubba.
Las pasantías no remuneradas, la corrupción política, la explosión pasajera de negocios como el paddle y los parripollos, Punta del Este, Miami, la emigración económica e incluso la agrupación HIJOS son algunos de los temas elegidos por estos autores, la mayoría nacidos en los 70, que vuelven a poner en evidencia su heterogeneidad y diversidad de estilos.
Se trata de la tercera antología publicada por Grillo Trubba (a través del sello Mondadori), luego de "En celo" sobre sexo e "In fraganti" sobre casos policiales, aunque la idea de las antologías como puerta de ingreso a la publicación se remonta a "La Joven Guardia", compilado por Maximilano Tomás en 2005.
Ariel Magnus, Lucía Puenzo, Félix Bruzzone, Sonia Budassi, Diego Materyn, Nicolás Mavrakis, Cecilia Boullosa, Hernán Casciari, María Fasce, Hernán Vanoli, Julia Coria, Leonardo Oyola, Mariana Enríquez, Joaquín Linne, Pablo Toledo, Sebastián Martínez Daniell, Ana Cecchi, Washington Cucurto y Maximiliano Tomas integran el volumen.
Para Grillo Trubba (1971), también autor de la novela "Los discípulos", este libro reúne una generación que se estaba formando en los 90, "accedía a colegios y universidades", pero además "comenzaba a establecer lazos de unión simbólicos y prácticos", que los diferenciaba de las generaciones precedentes y de las venideras.
"La idea central de la antología es que está hecha por gente que no hizo los 90 sino que los vivió", expresó.
"Los que escribimos aquí atravesamos esa década, éramos chicos, adolescentes o jóvenes, pero no tomábamos las decisiones políticas que condujeron a esa decadencia, no estábamos en cargos ejecutivos ni tampoco en las editoriales, aun no éramos escritores", dice Grillo Trubba en una entrevista con Télam.
Así es cómo, en el prólogo del libro, el compilador se pregunta "¿Qué dejó ese período en las personas en formación, en esta generación hoy ya formada?" mientras sostiene que en estos autores "existe una recurrencia abrumadora a la utilización de la primera persona del singular".
Es una generación que creció con la idea de que publicar es una quimera -detalla-, que ni siquiera estaba en discusión si escribían bien o mal porque la editorial ni les recibía los manuscritos, que recién ahora a partir de las antologías los llaman para saber si tienen algo, que se formó creyendo que para publicar hay que ganar un concurso".
En este sentido, "la antología es la puerta de ingreso, es la oportunidad de dar a conocer lo que se escribe y, de alguna manera, el tema de las antologías pegó en el mercado editorial. Y entre los chicos existe un lazo solidario, pero no es una generación que labura en conjunto; el acto de la escritura continúa siendo solitario", define Grillo Trubba.
Cada relato aporta una visión particular de la época y mientras Bruzzone habla sobre un joven que milita en HIJOS -con tintes autobiográficos- en "Sueño con medusas", Budassi se mete con la precarización del trabajo en "Nada para hacer" y Toledo desgrana el ascenso y caída de un matrimonio que cree encontrar una "gran oportunidad" en la apertura de un "Todo por dos pesos".
La frivolidad es otro de los temas recurrentes como en "Donde el pasto es verde y las chicas, bonitas" de Boullosa, o "Punta del Este, balneario geográficamente argentino" de Mavrakis y también en "No sé si chatear o comprarme un perro" de Linne.
Según Trubba, fue con la aparición de "La Joven Guardia" que se empezó a hablar de una generación de escritores y eso se empezó a maximizar a partir de ese libro: "Sin él continuaríamos siendo la misma generación que somos hoy solo que desperdigada y sin puntos de referencia", arriesga.
Mientras se prepara para publicar una nueva compilación para noviembre sobre fútbol, con mayoría de autoras mujeres ("en efecto, no saben nada del tema", bromea), Grillo Trubba explica que hasta ahora, para cada antología trató de renovar las firmas, que hubiera nombres de mayor y menor peso, que fuera equitativa en género y que tuviera estilos más experimentales y otros menos.
Si las antologías son la puerta de entrada para esta generación de escritores, los blogs ¿qué serían?... se le preguntó al escritor: "la de salida", dispara Trubba, entre risas.
"Hay gente que dice que el blog es literatura, a mí me parece que son borradores, en el mejor de los casos -responde-. El blogger no corrige lo que publica, es más desprolijo, más desordenado. No hay una voluntad de narrar sino de aparecer. Para mi el blog no es literario, es otra cosa, y con los años se verá qué".
"Lo que pasa -continúa el compilador- que el blog aparece en un momento en el que casualmente por contexto no se podía publicar, entonces es una vía alternativa de expresión, pero no es una vía alternativa de publicación, son dos cosas distintas".
"Y lo cierto es que es una bolsa de gatos -admite-, hay pibes que escriben más o menos bien y algunos que realmente lo que publican es ilegible. Y lo cierto es que la mayor parte de escritores que conozco, lo mismo que publican en blog no lo publican en un libro ni borrachos". (Télam).