VIEDMA (AV).- La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) lanzó un plan de lucha en reclamo de la reincorporación de empleados cesanteados, instalando una carpa frente a la Casa de Gobierno.
La jornada de protesta la vivió en carne propia el gobernador Miguel Saiz cuando casualmente se cruzó con los dirigentes gremiales que instalaban la carpa, y él salió de su despacho con una comitiva a verificar la entrega de vehículos oficiales para la empresa Aguas Rionegrinas.
En ese momento, los activistas gremiales le exigieron a viva voz -desde la plaza San Martín- una solución para los despedidos del Ministerio de Familia y los porteros de varias escuelas ubicadas en Sierra Grande, Bariloche y General Roca.
Desde la vereda de enfrente, cuando el mandatario provincial reingresó, se les respondió con algunas promesas de que se ocuparían de esta delicada cuestión.
La campaña expresa las
quejas contra el gobierno por prohibir el legítimo derecho al reclamo laboral y la persecución sindical.
En este trance, los trabajadores del sector están planteando al gobierno sentarse a una mesa de negociaciones en virtud de que consideran inapropiado que sólo puedan escuchar los planteos que hace la UPCN.
La intención de ATE es buscar un canal de diálogo y evaluar las situaciones que están atravesando con contratos precarios.
"Los trabajadores sólo parecieron tener deberes pero no derechos", afirmó el dirigente Aldo Capreti.
La referencia está ligada a que el contrato que liga a los empleados transitorios a la provincia permite a las autoridades provinciales rescindirlo en cualquier momento.
Los desencuentros con el gobierno se produjeron cuando varios despedidos estaban gestionando su cobertura gremial como delegados en sus trabajos de Sierra Grande y esta capital. Los trabajadores desplegaron ayer una ruidosa presencia frente a la Casa de Gobierno. Pasarán en vigilia hasta mañana cuando desarrollarán una movilización.