VIEDMA (AV)- El secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Mario Riquelme, fue agredido ayer luego de una reacción que se le atribuye a un grupo de propietarios molestos por operativos laborales contra el trabajo en negro.
El hecho se produjo cuando el dirigente ingresaba a la secretaría de Trabajo de la provincia, en momentos en que se desarrollaba una movilización de los dueños contra la campaña. Por ese motivo, se presentó una denuncia penal.
El adjunto del gremio, Agustín Anselmi, reveló a "Río Negro" que a Riquelme lo acusaban de haber promovido la llegada a esta ciudad de inspectores provenientes de Bahía Blanca a pedido del delegado regional del Ministerio de Trabajo de la Nación, Oscar González. De acuerdo a algunos testimonios, Riquelme recibió por lo menos dos golpes en el cuerpo.
Las verificaciones de la situación de los choferes comenzó el lunes pasado con apoyo de la Policía Federal. Esto habría provocado la ira de los propietarios y como represalia el despido de algunos choferes. También se pudo observar que hubo menos coches disponibles en lugares públicos importantes para la ciudad.
A raíz del conflicto, el secretario de Trabajo provincial, Ricardo Ledo, convocó anoche a una reunión de urgencia con participación de representantes de los trabajadores y empresarios.
Para descomprimir la situación, Ledo hizo una gestión ante el Ministerio suspendiéndose preventivamente los operativos durante 60 días para permitir a los propietarios ponerse en regla.
El funcionario provincial mencionó que "hemos tratado de seguir caminos de acuerdo, pero siempre plantean que la actividad se encuentra en crisis". Las inspecciones tenían como sustento legal la resolución N° 67 del organismo sobre el trabajo en negro.