SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Ayer se realizó la segunda audiencia de debate en la causa por homicidio culposo que tiene como imputado al médico y empresario Miguel Jesús González Robinson, quien aceptó declarar en su descargo e introdujo la duda sobre la calidad de la atención que recibió la víctima al ser atendida en la Guardia del Hospital Zonal.
También declararon otros profesionales, peritos de parte, y quienes realizaron las pericias mecánica y física, y la joven testigo que asistió a la víctima cuando todavía estaba consciente, y que mantuvo un altercado con el imputado.
La audiencia comenzó con la indagatoria a González Robinson, a la que se prestó de manera voluntaria, para explicar cómo se produjo el accidente, demostrar que fue el primero en prestar auxilio a la víctima y asegurar que el deceso se produjo debido a la atención inadecuada que recibió en la Guardia del hospital. "Yo estoy seguro de que causé las lesiones, pero no causé la muerte de la paciente", argumentó, al responsabilizar a quienes tardaron en entubar a las chica para asistir su respiración en forma mecánica.
El imputado expuso que advirtió la presencia de la moto recién cuando la enfocaron las luces de su vehículo, y que él no podía circular a más de 80 o 90 km/h, porque su domicilio está a 300 metros de la curva del paso a nivel que acababa de cruzar. Explicó a la audiencia que al ocurrir el accidente constató que Fabiana Vivanco había sufrido la fractura de la cadera, una herida contuso cortante en el cuero cabelludo y excoriaciones, y también que no existía una lesión importante o trascendente en la columna vertebral, porque podía mover la cabeza, las manos y las piernas, y lo miraba cuando le hablaba. "Por eso me planteé el traslado inmediato al hospital, y coloqué la camioneta con la puerta abierta al lado de la víctima. Con el tiempo se constató que mi apreciación fue la correcta, y no podía ver más sin sacarle la ropa", recalcó el procesado. Atribuyó el edema cerebral de la víctima en parte a la deficiente atención del problema respiratorio, y sentenció que "el cerebro es el primer órgano que se lesiona y reacciona ante la falta de oxígeno".
El médico policial declaró que había visitado a la víctima, de quien sabía que padecía fracturas, una depresión respiratoria, porque en el pulmón izquierdo no ingresaba el aire, y un probable foco hemorrágico intracraneano. Agregó que había encontrado a González Robinson con aliento etílico, pero sin signos de ebriedad, "shockeado y preocupado por el estado de la chica".
La testigo Miriam Pirén, que asistió emocionalmente a Fabiana durante unos minutos, recordó que el imputado estaba nervioso, culpaba del accidente al conductor de la moto por no tener luces, y a ella trataba de arrebatarle el celular y la empujaba con el afán de trasladar en su camioneta a la víctima.
El médico que atendió a Fabiana en terapia intensiva, Fernando Olivera, reconoció que en la guardia no habían podido entubar a la paciente, quien había vomitado y tenía restos de alimento en la faringe, que debieron aspirar.
Expuso que la chica tenía una lesión encefálica difusa y contenido gástrico en las vías aéreas, y que la causa principal de la muerte "fue el accidente, el camionetazo".
No pudo explicar por qué, en la historia clínica de Fabiana, habían asentado BEAB (buena entrada de aire bipulmonar), cuando todos coinciden en que la deficiencia respiratoria en el pulmón izquierdo persistió, pese a la entubación y a la broncoaspiración.