Lunes 07 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
Dos textos

Reposo

 

Desde arriba, podría

parecer que

la cama es demasiado grande

para ella, aunque su cuerpo se acomoda

al espacio, ocupándolo con alguna gracia.

La espalda mira al techo y, bajo el cuerpo,

desde niña la misma

posición de sueño:

una mano protege el

descanso

de los senos, la otra,

el desaliñado triángulo

de la genitalidad. Un caso de texto

para cualquier psicólogo, pero ella

sabe, en la epifánica

lucidez

del sueño, que debe

cubrirse

y también, que no bastará.

 

 

 

Zoo BA

 

Los animales miraban

con asombro los rodeos

de nuestro cortejo: yo, torpe

con el cuerpo, acudía a

las palabras por si una vez pudieran

salvarme; vos, displicente y lejana,

Ggnabas cada batalla, con el decoro

de no mostrar triunfalismo

o entusiasmo alguno.

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