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Dos textos | ||
Reposo
Desde arriba, podría parecer que la cama es demasiado grande para ella, aunque su cuerpo se acomoda al espacio, ocupándolo con alguna gracia. La espalda mira al techo y, bajo el cuerpo, desde niña la misma posición de sueño: una mano protege el descanso de los senos, la otra, el desaliñado triángulo de la genitalidad. Un caso de texto para cualquier psicólogo, pero ella sabe, en la epifánica lucidez del sueño, que debe cubrirse y también, que no bastará.
Zoo BA
Los animales miraban con asombro los rodeos de nuestro cortejo: yo, torpe con el cuerpo, acudía a las palabras por si una vez pudieran salvarme; vos, displicente y lejana, Ggnabas cada batalla, con el decoro de no mostrar triunfalismo o entusiasmo alguno. | ||
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