BUENOS AIRES (Télam).- El músico y compositor entrerriano Carlos Aguirre, autor esencial del nuevo folclore, da un sorprendente giro a su obra con la edición de "Violeta", un álbum instrumental junto al octeto que lo acompaña, que se presenta en escenarios argentinos, y apunta que "volqué la necesidad de hacer una cosa tímbrica más colorida".
"Al trabajar muchos años con el folclore uno se acostumbra, de algún modo, a llenar una forma y eso lleva a adormecerse un poquito", reflexionó Aguirre en diálogo con Télam.
Autor e intérprete que en paralelo con otros artistas como Jorge Fandermole, Coqui Ortiz, Lilián Saba, Topo Encinar y Juan Quintero es parte de una avanzada que aporta matices y colores a los ritmos nativos, indica que su presente "tiene que ver con gestos melódicos más latinoamericanos, más cercanos al Pacífico".
En pos de verbalizar este cambio que involucra a sus compañeros de música, consigna que "hace un tiempo el grupo fue abriéndose a otras tímbricas, incorporó otros instrumentos y así se conformó un repertorio para explotar al máximo esas posibilidades". Alfonso Bekes (guitarra y mandolina), Luis Medina (guitarra y marimba), Fernando Silva (contrabajo y cello), José Piccioni (percusión), Silvia Salomone, Jorgelina Barbiero y Florencia Di Stéfano (voces y accesorios) y Melisa Budini (voces y marimba), acompañan a Aguirre en esta remozada faceta.
"Estamos disfrutando de este momento compartido -confiesa- en que se genera el contagio a partir de la profunda entrega de cada uno por expresar un lenguaje común y sostenerlo en el tiempo". Con esa convicción, el conjunto acaba de publicar "Violeta", una placa en que confluyen los temas "Invierno", "Rumor de tambores", "Ámbar", "Casa nueva", "Laguna de agua" y "Mariposa leve".
El autor de la suite "Escenas paranaenses" (para guitarra, orquesta de cuerdas, cuatro percusionistas y flauta que en abril pasado ejecutó Eduardo Isaac), consigna que "frente a ese repertorio instrumental trato de hacer pequeñas semblanzas que implican otra mirada y ayudan a que el público se acerque a lo que interpretamos".
El creador, nacido en Seguí (localidad a 60 kilómetros de Paraná), integró los grupos El Molino y Nube Negra, y tocó en Perú, Chile y Argentina junto al guitarrista Lucho González y al pianista José Luis Madueño, resumió esos viajes musicales en la pieza "Laguna de agua".
"Laguna de agua' es un huayno que se me ocurrió en Papeete, la capital de Tahití, adonde llegué acompañando al guitarrista Quique Sinesi para un show promovido por un productor peruano que entonces me contó que los ritmos peruanos como el huayno habían cruzado el Pacífico y habían llegado hasta allí", evoca.
Perfilando la continuidad de este trabajo grupal, el
artista anuncia que "estamos empezando a trabajar, entre todos, un repertorio más ligado a canciones y a cuestiones folclóricas con alguna obra de Daniel Viglietti, que esperamos volcar en un disco a editar en 2009".
En el horizonte artístico de la banda también aparece un encuentro con el compositor y ensayista paulista Ze Miguel de Wisnik (que le puso letra a varias músicas de Aguirre) y con el que compartieron recitales en Foz de Iguazú.