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Tres rionegrinos posibilitaron al kirchnerismo la media sanción a las retenciones | ||
El proyecto que ratifica la resolución 125, con cambios, obtuvo los votos justos. Ahora pasa al Senado, donde seguirán las presiones desde el gobierno y el campo. | ||
El matrimonio Kirchner logró un primer propósito tras 19 horas de maratónico debate en Diputados: la ratificación de las retenciones móviles a las exportaciones de soja y girasol, que generaron la más grave crisis política y económica de los últimos tiempos. Tres diputados rionegrinos fueron la llave para el pírrico éxito oficial en esta media sanción: el radical K Hugo Cuevas y los frentistas Julio Arriaga y Lorena Rossi. Dieron vuelta su postura original (habían asegurado que votarían en contra del proyecto del gobierno, el primero a pedido del gobernador Miguel Saiz; los otros dos ante el compromiso de que habrá una baja del 5% en las retenciones a la pera y la manzana (y a todas las economías regionales). Con lo justo se impuso entonces el kirchnerismo. Necesitaba 129 votos -la mitad más uno de los presentes-. Logró 129 votos. De esa cantidad, 111 pertenecen al bloque del Frente para la Victoria. La ayuda llegó de seis radicales K (tres votaron en contra, con lo cual hay crisis dentro de la Concertación Plural) y de cinco miembros del Frente Cívico y Social de Santiago del Estero. También fueron determinantes los votos un fueguino y de un salteño. El disidente peronista Felipe Solá se mantuvo en sus trece: votó en contra. "No estoy de acuerdo con los que quieren suspender la resolución 125 por un tiempo", dijo al referirse a la oposición, pero dejó en claro que "voto en contra del dictamen de la mayoría". El suyo fue uno de los discursos más esperados de la madrugada. Y fue groseramente respondido por el ultrakirchnerista Carlos Kunkel, quien lo llamó "traidor, hijo de puta". El ex arista Eduardo Macaluse, de quien se presumía una "borocotización" en favor del kirchnerismo, había sido también enfático al resistirse a plegarse al proyecto oficial. Con los 129 votos, Diputados dio media sanción al proyecto de confirmación de la resolución 125 que vence el 31 de octubre, pero le añadió 17 cambios que fueron aprobados luego en particular. Esas modificaciones fueron hechas a último momento para cautivar a los díscolos. Consisten en una segmentación de las retenciones para favorecer al pequeño y el mediano productor, a la ampliación de compensaciones y a gravar con el Impuesto a las Ganancias a los "pooles de siembra" (ver detalles aparte). Se pasó a un cuarto intermedio para tratar temas pendientes como la declaración de emergencia económica y la ley de arrendamiento. Un aspecto grave para señalar: los diputados votaron sin tener delante de sí el texto del dictamen de la mayoría oficialista, que fue reclamado a viva voz por algunos legisladores y negado incluso para su lectura por el titular del bloque, Agustín Rossi.
Ahora, el Senado A partir de mañana, la batalla continuará en el Senado, donde las cosas no parecen tan fáciles como en un comienzo. Es que los legisladores -rostros directos de las provincias- están muy expuestos y temen sufrir un costo político de cara a la gente que los eligió, sobre todo en los estados sojeros. Sin embargo, referentes de la oposición admitieron que el Gobierno tiene "mayoría" para imponer en la Cámara alta el proyecto con media sanción de Diputados, pero anticiparon que darán el "debate" necesario para que haya una votación "ajustada". El jefe de la bancada radical en la Cámara alta, Ernesto Sanz (Mendoza), admitió que la oposición "debería perder 45 a 25 votos, pero hay que esperar. Todo puede pasar", advirtió. En tanto, algunos dirigentes del campo, como Buzzi y Llambías, vivieron el resultado como satisfactorio, al considerar que el "no" al proyecto oficial cosechó 122 votos, una cifra impensada días atrás. Por primera vez la oposición hizo una demostración de fuerza, que podría trasladarse al Senado. Hacia cada senador apuntará desde hoy mismo la presión, tanto desde el campo cuanto del gobierno. Los dirigentes ruralistas advirtieron que "el conflicto sigue" (ver pág. 4), pero aclararon que no propiciarán la vuelta de los cortes de ruta, esto para calmar a sectores que ya deliberaban a la vera de los caminos en Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Tucumán
La votación El arco opositor encarnado por los bloques de la UCR, la Coalición Cívica, el PRO, FREJULI, socialismo, SI y otras expresiones minoritarias junto a 14 diputados del bloque del Frente para la Victoria, principalmente de Córdoba y Entre Ríos, votaron en contra del proyecto. Pero el oficialismo contó con el súbito apoyo de los rionegrinos de su bloque Julio Arriaga y Lorena Rossi, quienes -pese a haber firmado el proyecto alternativo de Felipe Solá y Laura Montero- cambiaron su posición. El giro fue alentado por la posibilidad que se bajen las retenciones para las exportaciones de peras y manzanas, productos de la provincia. Las dos abstenciones correspondieron al fueguino Leonardo Gorbacz (SI), que responde a la gobernadora Fabiana Ríos, y la pampeana Marta Osorio (FPV). El resultado favorable de la votación fue festejada por el kirchnerismo en las bancas y en los palcos del recinto poblados por decenas de militantes de distintas agrupaciones. Los cánticos y una nube de papelitos, dejaron atónitos a los legisladores opositores, mientras en el recinto Rossi era abrazado y felicitado por sus pares y la secretaria parlamentaria del bloque, Patricia Fadel, lloraba de emoción. La satisfacción vista tanto en oficialistas como opositores tenía una razón de catarsis más allá del resultado: como no ocurría hace tiempo se vio a un Congreso sesionando y debatiendo con pasión, después de casi cuatro meses de conflicto político, social y económico desde que al ex ministro de Economía, Martín Lousteau, firmó el polémico esquema de retenciones móviles.
Heridos El oficialismo sale dañado del debate: se profundiza la deserción de quienes se negaron a ser manoseados y sometidos al verticalismo ciego que imponía Kirchner. Es el caso de Solá y otros 14 diputados (ver recuadro). En el plano más alto, difícilmente pueda cerrarse la herida entre los Kirchner y el vice Julio Cobos por su apertura a dialogar con los disidentes. (Redacción central y DyN) | ||
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