Domingo 06 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 40 y 41 > Cultura y Espectaculos
LA PEÑA: Un papel secundario

Sin dudas el fuerte de Soledad es la música que hace, el folclore y el estilo que la caracteriza y no la conducción de programas de televisión. Su papel en la televisión pública de Canal 7, Ecos de Mi Tierra, es cuanto menos secundario y si ella no estuviera en la conducción, nada se alteraría.

No es que su participación sea un desastre al frente de las pantallas, pero es modesta y no suma más que una buena producción, invitados de nivel y un escenario muy atractivo.

Claro, si lo comparamos con el programa Folclorísimo que conducía Carlos Giachetti, este es infinitamente mejor, pero no se basa en la calidad de la conducción, de llevar adelante el programa, sino en la predisposición de los invitados y la calidad que exponen en cada presentación.

Leandro Lobato, por ejemplo, fue el sostén de uno de los programas, porque con su violín de una calidad suprema, hizo que todos los oídos y todas las miradas se posaran en él y no en la conducción. Y me dirán que ese es el objetivo, pero en un programa donde la conductora es una consagrada del género folclórico, ella no debería pasar inadvertida. Demasiada simpleza para mi gusto, mucho volumen en la conducción que resulta innecesario cuando se tienen micrófonos en frente.

Su colaborador, Marcelo Iribarne, luce mucho más aceitado a la hora de la conducción, con vos pausada, calma y aplomo, necesarios para presentar a gente que tiene pergaminos suficientes para subir a un escenario sin estridencias.

Es decir, la Sole lleva adelante un programa pero se nota que no es su materia, le cuesta y necesariamente lleva a que uno la sitúe en un escenario, más en el rol de invitada que de conductora.

No siempre los famosos consiguen frente a las pantallas un rol destacado a la hora de conducir y eso le está pasando a Soledad. No logra despegar su imagen de cantante de la que ahora tiene en el canal estatal, que sin dudas deja muchos flancos abiertos.

Soledad es conocedora de los escenarios, los pisó muchísimas veces, se llevó ovaciones multiplicadas por miles, tal vez nadie la pudo igualar en su momento de furor, pero la televisión desde el otro lado, desde la conducción no es su fuerte. Y no creo, para mi modo de ver, que se trate de una cuestión de tiempo, de práctica, porque no es la primera vez que se enfrenta a las cámaras.

El programa en general es bueno, tiene un escenario muy atractivo aunque tantas luces a veces hacen perder de escena a los protagonistas de cada edición, el sonido no es el mejor, pero eso no es una cuestión del programa sino más bien del canal.

Las intervenciones de Soledad son generalmente en un elevado tono de voz, aporta una pequeña cuota de humor no siempre exitosa y a la hora de las entrevistas abundan los lugares comunes.

Con la calidad de los invitados, bien podría explorar un costado diferente a los que se conocen masivamente.

Pero no deja de ser una muy buena iniciativa, de las pocas que tiene el género en televisión, porque salvo TN y el canal estatal, en general el folclore tiene poco espacio.

Ecos de mi Tierra se planteó entrevistas, recorridas, relatos y buena música y en ese aspecto creo que lo están logrando, avanza, es un paso adelante, aunque la conducción todavía diste mucho de lo que uno podría esperar de Soledad. El programa está bien pensado, pero la conducción no es un aspecto secundario cuando el que está al frente tiene los pergaminos de Soledad.

 

JORGE VERGARA

jvergara@rionegro.com.ar

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