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Música al servicio de las preguntas | ||
Horacio Spasiuk -setiembre 23 del 68- es de Apóstoles, sur misionero, región de comunidades nativas originales mbyá-guaraní, población criolla y colectividades extranjeras como la de sus abuelos ucranianos. Lucas, su papá, fue carpintero entre semana, violinero en fiestas de sábados y domingos, y quien le regaló la primera cordeona, una Maestrina de veinticuatro bajos. Tío Marcos, cantaba, tocaba guitarra y lo prendía en cuanto casamiento podía, para que la gente bailara hasta el alba. Terminado el secundario, Chango emigró a Posadas donde conoció a Astor Piazzolla, Los Jaivas, Miles Davis, Hermeto Pascual, a Hendrix y el bandoneón salteño de Dino Saluzzi. Desde que debutó en Cosquín el 27 de enero del 89, se instaló en Buenos Aires y grabó el primer disco "Chango Spasiuk", no paró de andar. Además de Argentina, ha recorrido Holanda, Portugal, Inglaterra, España, Bélgica, Alemania, Francia, Canadá, EEUU, Brasil, Uruguay, Ucrania y Austria. Participó además en espectáculos y discos de artistas de rocanrol, pop, jazz, blues, folklore, clásico, música electrónica y celta, junto a Mercedes Sosa, León Gieco, Divididos, Raúl Barboza, Jaime Torres, Los Chalchaleros, Jairo, Lito Vitale, Antonio Agri, Ramona Galarza, Antonio Tarragó Ros, Luis Salinas, Xeito Novo, Sebastián Escofet, Missisippi Blues Band, Mimí Maura y muchos más. Entre febrero 10 y el 1 de abril recorrió Inglaterra y ciudades de Austria y Alemania, totalizando veintinueve recitales. Ganador del Gardel 2006 Mejor Álbum Artista Masculino de Folklore y del BBC 05 Mejor Nuevo Artista World Music, desde el 27 de junio paró la máquina, tras ponerse al día con su programa de tele y concluir la masterización del próximo compacto. Unos días de descanso en Viedma, pago de Vanesa Schwemmler, su esposa y mamá de Lucía. En este mes, lo esperan el viernes 11 en el teatro Español de Neuquén; el 12 en Bariloche, y el 2 de agosto en Trelew. "El masterizado es una edición digital de los temas de un disco, relacionada con el orden, el tiempo entre tema y tema, el color final, el volumen que debe nivelarse para que no haya que tocar los controles al escucharlos; ver también si faltan detalles como un color más brillante, más grave, mayor claridad o si hay que oscurecer una parte demasiada clara. Si está bien grabado y mezclado, simplemente se manejan los niveles sin tocar el color. Hay mucha gente que hace ese laburo y mucha que habla, pero es un terreno muy peligroso. En el pop y la música comercial, se trata de dejarla al volumen más alto posible para competir en la radio, que suene y llame la atención. Hay un montón de estrategias..." - ¿Qué color tiene hoy tu música? -Es una continuación de lo grabado en "Tarefero de mis pagos" (04), con todo el proceso que ha tenido en los últimos años. No sé exactamente cuando terminará saliendo, es probable que a principios del próximo año. Es una carrera contra reloj, sacarlo ya. Yo uso una manera muy artesanal de promocionar y distribuir mis discos, y tengo que buscar el mejor momento para hacerlo, que no haya tanta dispersión como ahora. Por estos días, la gente está con su cabeza en otra cosa y un compacto que me lleva tanto tiempo hacer, tanto trabajo y esfuerzo, hay que cuidarlo... Me encantaría sacar uno por año y sin embargo, lo saco cada cuatro. Tengo que contar con tiempo y hallar el momento para compartirlo con los demás. No es especulación, necesito dedicarme a pleno a acompañar ese proceso." - ¿Está más limpio de sonidos, decís más con menos notas? -Es muy acústico, más camarístico y con mucha percusión, mucha dinámica. Por sobre todas las cosas, tiene algo que no sé si los demás ven, pero adquiere más valor para mí. Siempre he compuesto mi música; gran parte de lo que he venido tocando todos estos años lo he compuesto yo, pero no se me ve como compositor. Se me considera más intérprete de música del noreste argentino. Este (el décimo) es un disco y un momento donde estoy construyendo mi propia música, mi mundo sonoro, mi sonido, cosa que está poniéndome ante los demás como compositor, con mucha más fuerza que en trabajos anteriores. He hecho mucha música para cine (ver aparte); el final de la película de (Pablo) Trapero, "Leonera", es un tema mío. La cortina de mi programa de televisión ("Pequeños Universos", para el canal de cable Encuentro, que Canal 7 emite los martes a las 19:30), todo eso es mío. A veces miro atrás y digo, qué cantidad de obras he compuesto, muchas; gran parte del disco me pertenece junto a una pequeña lectura de compositores tradicionales. - ¿Es un terreno que te fascina tanto como tocar? -Es parte exactamente de lo mismo. Componer, tocar, son sutilezas de la misma acción que es expresarme. Son herramientas para expresar y comunicarme con los demás, ante los demás. Entonces, si es necesario se compone, si es necesario se arregla, se interpreta, se relee, se construye un montón de colores con los cuales creo mi propio mundo que comparto. No prefiero más una cosa que la otra, todo está relacionado. -Eras otra persona hace cuatro años. -Es muy fácil creer que con los años uno cambia, ojalá fuese así. Hay cosas que no varían. Lo esencial siempre está muy escondido... - La música facilita sacarlo a la luz. -Sí, pero una cosa es decirlo con palabras y otra que eso realmente suceda. Todo el tiempo usamos la palabra arte, hablamos de artistas, de hechos artísticos, pero tal situación puede ser vista por distintas personas con modos diferentes. Realmente, todo lo que vemos son hechos artísticos? Todo lo que hacemos es arte? Es lo mismo, realmente llegamos a la esencia de las cosas? Es un lindo deseo, un bello horizonte, pero ojalá fuese fácil... Pero, hay que proponérselo y tratar que la música no sea sólo una expresión que tenga la lectura de evasión o entretenimiento o de confort, de pasar un buen momento. Ojalá que pueda permitirse otras lecturas como llegar a cuestiones más esenciales en las personas. Inclusive en la que intenta llevar adelante eso. - ¿Te ha modificado como humano el ejercicio permanente de la música? -La vida es una oportunidad de, a ver... (Segundos de silencio). La música es parte de la vida, lo que importa es la vida y uno, en su contexto, atento a las acciones, a las preguntas y las reflexiones, a la contemplación de los interrogantes. En función de eso y de la profundidad con que se interrogue y reflexione, están las acciones en la vida. Este proceso, a lo mejor, nos ayuda a pulirnos. Pero no sé si esta es la palabra, creo que es encontrar cuál es mi lugar. El poeta persa ((Yaläl ad-Dän Muhammad) Rümï (Irán, 1207-1273) (Irán, 1207-1273), dice: usted puede ser un montón de cosas en la vida, pero si no hace para lo que vino, todo lo hecho no tiene importancia alguna. Entonces, es bueno preguntarse cuál es mi lugar, para qué... La razón dentro de la existencia. Se puede trabajar, generar dinero, pagar deudas, endeudarse, tener hijos, no sé... Viajar, ser exitoso o un fracaso... Pero cuál es de todas esas variantes, mi lugar? Vuelvo a Rümï cuando dice: pero si usted ha hecho, sabe cuál es su razón de ser, con eso alcanza y sobra. No sé si la palabra es pulirse, mejor es cuestionarse y tratar de hallar un sentido a las acciones propias. Yo -por ahora- siento que la música es una gran herramienta para expresarme y comunicarme. Por ahora, es lo que tengo a mi alcance y trato de ser lo más honesto posible y de llevarlo adelante dentro de todos mis escondites, con mis herramientas y mis condicionamientos. Con todo eso, trato... Si a eso llamamos pulirnos, puede ser... Pero prefiero usar encontrar. Encontrar mi lugar en la existencia; en el sentido de la acción, no en el territorial o geográfico. En "Todas las mañanas del mundo" (filme de Alain Corneau, 1991), el maestro de música (Sainte-Colombe) pregunta al alumno (Marin Marais) para qué es el sonido cuando no se trata de bailar, cuando no se trata de entretener los oídos de un rey? Hay que interrogarse para qué, al servicio de qué estoy con lo que hago? Eso tiene muchas lecturas, llevar adelante un oficio, una carrera, expresarse, trabajar, pero también preguntarse para qué? Es muy interesante lo que se puede descubrir si uno se detiene a contemplar una pregunta.
EDUARDO ROUILLET | ||
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