BERLÍN (DPA).- Hitler duró unos pocos minutos. El segundo visitante que ingresó al abrir sus puertas ayer el nuevo museo de cera de Madame Tussaud en Berlín arrancó de un santiamén la cabeza al "Führer" de cera, la figura que más polémica levantó las pasadas semanas.
El hombre, un berlinés de 41 años, había esperado pacientemente una hora en la cola para entrar en el tercer museo de este grupo en Europa. El atacante se saltó el cordón de seguridad, abalanzándose sobre el muñeco de cera sentado frente a un escritorio en una escena de los últimos días de Hitler en el búnker de Berlín y lo decapitó al grito de "¡Nunca más guerra!".
Los dos guardias de seguridad apostados cerca del muñeco no consiguieron impedirlo, relataron testigos. Hubo
un forcejeo con el atacante en el que fue herido en una pierna uno de los controladores. Un cuarto de hora después de la apertura del museo, la policía detuvo al atacante que es investigado por daños materiales y lesión corporal.
La portavoz del museo, Natalie Ruoss señaló que no está claro si la figura retornará a la muestra. "Depende de la magnitud del daño provocado a la figura de 300.000 dólares".
La inauguración del museo de cera estuvo precedida de airadas protestas por la inclusión de la figura de Hitler. Muchos temían que el lugar se convirtiera en sitio de peregrinación de neonazis. Otros se preguntaban si se podía exponer a Hitler como atracción turística a pocos metros de la sede de la antigua cancillería. Los organizadores pensaron que se podía y reforzaron sus planes con una consulta representativa en la que le mayoría de los encuestados querían ver a Hitler.