MADRID (AFP y DPA).- El rescate de los quince rehenes en manos de la guerrilla de las FARC, el pasado miércoles, "fue adelantado 10 días para que los terroristas no se dieran cuenta de la infiltración" a la que eran sometidos, afirmó en Madrid el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos.
La operación "Jaque", por la cual fueron liberados la colombo-francesa Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y 11 colombianos, no fue una operación militar sino de inteligencia, subrayó el ministro al hablar ante la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del ex jefe de gobierno español José María Aznar.
"Lo determinante para llevar a cabo esta operación fue que el riesgo para los secuestrados era mínimo, porque no era una operación militar. No participó gente armada", insistió.
La operación "fue adelantada 10 días para que los terroristas no se dieran cuenta de la infiltración", agregó. "Este rescate representa lo preparados y coordinados que están el Ejército y el Servicio de Inteligencia" de Colombia, estimó el ministro.
Los quince rehenes fueron liberados por un grupo de soldados colombianos disfrazados de guerrilleros que hicieron creer a los responsables de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucio
narias de Colombia) que iban a trasladarlos a otro campamento guerrillero. Afirmó igualmente que el gobierno colombiano "continuará la presión militar sobre los terroristas" y pidió a los países vecinos "que no colaboren con las FARC". "Las acusaciones de un periodista suizo de que se pagó un rescate se caen por su propio peso porque para las FARC es mucho más humillante que uno de sus comandantes se deje comprar por un puñado de dólares a cambio de entregar a la joya de la corona", afirmó asimismo, aludiendo a las afirmaciones de la Radio Suiza Romanda según la cual se pagaron 20 millones de dólares por los rehenes.
En este sentido Santos dijo: "las FARC están resquebrajadas, debilitadas, tiene serios problemas de comando y control, de comunicación entre ellas".
Hizo hincapié en los riesgos de la operación para sus participantes, aunque matizó que "nunca hubo riesgo alto para los secuestrados". Si se hubiera detectado antes de llegar a la zona, la guerrilla podría haber escapado con los secuestrados y si se descubría al aterrizar el helicóptero, la tripulación y los agentes infiltrados también estarían en peligro. Pero "ninguno titubeó".
Bogotá ha defendido que varios efectivos de los servicios de inteligencia militar habían conseguido engañar a los rebeldes para trasladar a los rehenes en un helicóptero camuflado diciendo que formaban parte de una misión internacional. De hecho Gerardo Aguilar, alias César, uno de los dos guerrilleros de las FARC detenidos durante el rescate, aseguró el viernes a la Fiscalía que le habían engañado.