Como en la maldición del grabado de Góngora sobre Tántalo, condenado a no poder alcanzar nunca las frutas y el agua que tenía cerca, la Argentina se muestra impedida de lograr su desarrollo sin excluidos, a pesar de tener al alcance de la mano todo tipo de recursos naturales.
Son muchos los que observan atónitos el fenómeno. Sin ir muy lejos, el presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, expuso su estupor por el desaprovechamiento que se hace de la necesidad de alimentos existente en el mundo. "Hay que producir más, no pelearse", aconsejó.
Igual, el ex ministro uruguayo y ex miembro de la conducción de los guerrilleros Tupamaros, José "Pepe" Mugica, sorprendió con una salida pacifista: "Quiéranse más entre ustedes".
Hasta los que, del lado del gobierno, se insinuaban como los "cucos" de la contienda con los sectores agropecuarios fueron relegados cuando estaban a punto de "cocinar" una receta negociada. Es el caso de Hugo Moyano, vicepresidente del PJ y todavía secretario general de la CGT. El camionero, notorio por sus métodos revoltosos, es de los que apuran una solución razonable, alejada de las posturas radicalizadas.
Entre los moderados del kirchnerismo (¿se puede ser centrado contrariando el carácter rector de "todo o nada" que baja el matrimonio presidencial?) se levantan cada vez más voces en contra de la pretensión del Ejecutivo de aprobar "sin tocar una coma" el núcleo duro de las retenciones móviles a las exportaciones de soja.
Uno de ellos, que dialoga con Néstor Kirchner pero por lo visto no influye en sus decisiones, le advirtió que cada día que pasa crece el número de descontentos en las filas parlamentarias del justicialismo y del Frente para la Victoria. Como ex estudiante de Derecho, se permite pedirle a su mentor patagónico sacar provecho de las enseñanzas de Thomas Hobbes, padre de las ciencias políticas: "Una ley se cumple no porque sea justa o moral sino porque tiene la fuerza suficiente para ser cumplida".
Y lo que quedó al desnudo, finalizados los cortes de ruta y tras una semana de tumultuosos debates en el seno de las comisiones de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, es el espíritu de consenso que desde el oficialismo fueron reclamando personajes tan disímiles como
el vicepresidente Julio Cobos, los diputados Felipe Solá y Miguel Bonasso y el senador Carlos Reutemann. Con distintas variantes, los rebeldes aceptan un arreglo intermedio que evite "dejar desairada" a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La efectividad de los "aprietes" está a la vista. Kirchner reclamó coraje a temerosos diputados, cuando sus fieles soldados (Agustín Rossi, Carlos "Cuto" Moreno, Dante Dovena y Carlos Kunkel) le comunicaban las dudas que atraparon a más de 25 miembros de la bancada.
Los productores, encabezados por el carismático entrerriano Alfredo de Angeli, tuvieron mejor cosecha en su recorrida por los pasillos del Congreso. "Nos convencen con explicaciones sencillas", reveló Solá, quien para fastidio de Kirchner reconoció que el gobierno "está perdiendo la batalla cultural y comunicativa" en relación con la firme determinación de capturar rentas extraordinarias (en este caso, del campo) para promover otras actividades productivas y generar una sociedad más integrada.
Un colaborador de Reutemann, quien públicamente reclamó retrotraer la situación al 10 de marzo, le dijo a este diario que el Congreso "está para sintetizar la voluntad e intereses de la comunidad". Pronosticó que "se bajará el martillo" como hizo Salomón y que luego está la instancia de ir a la Corte Suprema de Justicia.
Los "gurkas" de la Rosada aseguran que si se cae el proyecto el PEN tendría facultades para vetarlo. "Eso sería incendiar el país", alertó Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria.
Reutemann, cuyo corazón está con los chacareros, les dijo a los productores de soja que si hoy se hace un plebiscito triunfaría el campo 8 a 2. Pero también anotició que si vuelven con los piquetes a las rutas "la sociedad los castigará y en dos semanas la causa estará perdida".
La distensión no termina de ser tal. Grupos piqueteros instalaron varias carpas en la Plaza de los dos Congresos y las entidades agrarias colocaron sólo una. Hubo incidentes aislados, pero también los más jóvenes confraternizaron jugando una "tocata" de rugby.
Emblema indiscutido de la lucha por los derechos humanos contra la dictadura militar, Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo, volvió a desubicarse al calificar de "enemigos" a los muchachos de tierra adentro y afirmar que "los radicales son siempre traidores", en explícita referencia a la gestión componedora del vicepresidente Cobos.
Las dificultades del kirchnerismo para satisfacer la intransigencia del jefe del PJ son tantas o más en la oposición política. Y ésta, como bien apuntó Luciano Miguens, de la SRA, desafina mucho cuando quiere entonar una única partitura.
Las posiciones más duras, de Kirchner y algunos productores, trastabillan en el Congreso.
ARNALDO PAGANETTI
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar