Tres días después de su liberación de las FARC, la franco-colombiana Ingrid Betancourt se somete hoy a un chequeo médico en un hospital de París.

"En la selva tuve graves problemas de salud", dijo la víspera. Otra rehén que había sido enfermera la ayudó. Hace unas semanas se había difundido que tenía una enfermedad terminal, pero tras su liberación, aunque ha adelgazado, su estado de salud es bueno. No obstante, algunos medios aseguran que al menos padece hepatitis.

En la tarde del viernes, tras una afectuosa recepción en el palacio del Elíseo, Betancourt retiró con sus propias manos su retrato del ayuntamiento de París, que como otras ciudades la declaró ciudadana de honor. Desde hace tiempo en el ayuntamiento colgaba un retrato de la ex rehén, en el que se habían ido apuntando los días de su cautiverio a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que el miércoles sumaban 2.321.

Betancourt se disculpó con una sonrisa por haber "afeado" durante tanto tiempo el ayuntamiento. En los próximos días, la ex candidata a la presidencia de Colombia quiere pasar sobre todo tiempo con su familia. Se siente feliz de tener la agenda vacía, que "con suerte" llenará de citas.

La semana próxima tiene prevista una posible visita al papa Benedicto XVI y es probable que también vaya al centro de peregrinación de Lourdes. Según subrayó, su relación con Dios y sus oraciones le ayudaron a soportar el cautiverio.

FUENTE: DPA