Jueves 03 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 42 > Policiales y Judiciales
Absolvieron a policías acusados de excesos
Habían sido enjuiciados por balear a tres personas en un operativo. Una de las víctimas fue una mujer que perdió un ojo por un disparo. No pudieron acreditar quién fue el autor de los disparos.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La existencia de una pelea previa al encuentro con los policías acusados y las contradicciones entre la víctima y los presuntos testigos de la agresión, impulsaron a los jueces de la Cámara Segunda del Crimen a solicitar la absolución de los policías Rubén Ralinqueo y Gustavo Cerda.

Para los jueces, sólo quedó acreditada la pérdida de un ojo por parte de la víctima y denunciante, pero no la autoría, sobre la que a su juicio persiste una duda razonable que no lograron superar.

El episodio debatido ocurrió cerca de la medianoche del 24 de junio del 2006, cuando Blanca Grande, Miguel Paredes y Raúl Inaí Aguilar caminaban desde sus domicilios hasta una despensa que está ubicada en el 230 de la calle Chapel, del barrio El Frutillar, para comprar cerveza.

De acuerdo con la acusación, mientras los tres caminaban por un sendero peatonal fueron interceptados por los ocupantes de un móvil policial, presuntamente Ralinqueo y Cerda, quienes les ordenaron que se detuvieran.

Paredes e Inaí Aguilar trataron de escapar, y el último fue alcanzado por las postas de un cartucho de escopeta en una pierna, en tanto que Blanca Grande acató la indicación, pero otro disparo la hirió en su pierna derecha, y un tercero en su ojo izquierdo.

Ese impacto le produjo el estallido del globo ocular y obligó a que la intervinieran y perdiera completamente la visión de ese ojo. La atribución del daño gravísimo a la acción policial estuvo respaldada por el enfermero que atendió a la mujer en el Hospital Zonal, dado que al realizarle una limpieza en la zona afectada habría hallado uno de los perdigones de goma dentro del ojo.

 

Había pedido condena

 

El fiscal Enrique Sánchez Gavier consideró acreditados los hechos y la autoría de los imputados, y pidió dos años de prisión en suspenso para el suboficial de policía Gustavo Cerda, por el delito de abuso de arma, y que le apliquen una multa de mil pesos; y seis meses de inhabilitación especial al oficial Rubén Ralinqueo, por omisión de los deberes de su oficio.

El defensor de Cerda, Mario Altuna, pidió la absolución de su asistido, "porque no se probó la autoría" o por la duda, y criticó el encuadramiento realizado por el fiscal, luego de relatar que Cerda "efectuó un disparo hacia el suelo y otro hacia el cielo".

A Ralinqueo lo asistió el defensor oficial Gerardo Balog, y al igual que Altuna, puntualizó las contradicciones de los testigos, recordó los antecedentes de las víctimas, y el enfrentamiento que esa misma noche habían tenido con otro grupo.

Un ex policía que prestaba servicio en el destacamento 170, de las 34 Hectáreas, fue quien secuestró en el barrio un cartucho para postas de goma similar a los que utiliza la policía, pero más antiguo y con dos golpes de percutor en el fulminante.

El hallazgo de este y otros elementos fue utilizado luego por el defensor Altuna para respaldar su teoría de que "en ese barrio se reparten tiros como caramelos en un jardín de infantes del centro".

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