Jueves 03 de Julio de 2008 Edicion impresa pag. 40 > Policiales y Judiciales
A 15 años del crimen de Pablo Ramírez

NEUQUÉN (AN).- "Sigo pidiendo Justicia, porque si no se toman medidas como corresponde con los policías que cometen delitos, seguirán las víctimas como Pablo, como Fuentealba, como Ávalos y seguirán desapareciendo jóvenes en Neuquén", dijo Héctor Ramírez, padre de Pablo, el joven que fue muerto de un escopetazo en el barrio Parque Industrial y se constituyó en un típico caso de "gatillo fácil", del cual ayer se cumplieron 15 años.

Por el caso fue condenado el cabo Abraham Epulef, quien no llegó a estar un año privado de su libertad, según Ramírez. Y eso fue porque, tras una primera condenada, se le hizo un nuevo juicio cuando Ramírez padre lo sorprendió en Zapala cumpliendo funciones en una dependencia policial, cuando debía inhabilitado.

"Lo malo de todo esto es que tanto los jefes policiales como los funcionarios de la Justicia saben que a pesar de tener condenas, sumarios y de no estar en condiciones de pertenecer a la Policía, siguen cumpliendo funciones", señaló Héctor Ramírez.

No faltó en su reflexión, en medio de la pesadumbre por el triste recuerdo de un nuevo aniversario de la muerte de su hijo Pablo, la referencia al cabo José Poblete, para quien acaban de pedir la prisión perpetua por el asesinato del docente Carlos Fuentealba. "Es necesario que se castigue a los responsables y que se separe a quienes no puedan trabajar. Para que no haya tantos casos impunes como los hay hoy", señaló.

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