Los días de furia de Ariel Ortega parece que han llegado a su fin. Al menos se vislumbra una tregua en su difícil relación con el entrenador de River Diego Simeone.

A la vuelta de Tucumán, luego de compartir un partido amistoso con el presidente boliviano Evo Morales, el máximo ídolo del club de Núñez le bajó decibeles a su último enfrentamiento con el 'Cholo'.El incidente fue cuando el DT, en la previa al cotejo ante Banfield por la última fecha del Clausura, le comunicó a Ortega que no estaría en el partido. ¿La causa? Otra recaída del jujeño en su lucha contra el alcohol. ¿La respuesta del Burrito? "Simeone es un vigilante y un mala leche".

"Fue un momento de calentura, todo lo que dije fue con mucho dolor", aseguró Ortega a Fox Sports. También se refirió a su futura relación con el entrenador "Somos dos personas grandes y vamos a convivir como siempre. Quiero disfrutar de estos años que me quedan en River. Voy a tratar de dar lo mejor de mí al servicio del equipo", subrayó. El talentoso volante también dejó traslucir un deseo: "Ojala algún día pueda ser técnico de River".

En tanto, Ortega no se quiso referir a cómo se encuentra por su problema de adicción al alcohol, que lo llevó a tener traspiés en el aspecto profesional y familiar. "Es un tema complicado de hablar, algo muy personal. Si tengo un problema siempre trato de hacerme cargo de las cosas", explicó.

Lejos de considerarse el mejor del plantel, el jugador dijo que aportó su fútbol para ayudar a que River vuelva a conseguir un título después de cuatro años. "Jugaron sin mí muchos partidos y los ganaron. Me siento uno más del grupo, no salimos campeones por mí. Vivo la realidad y soy consciente de las cosas que pasan. En el equipo están los que tienen que estar", resaltó el jujeño.

Por último, se refirió a su sueño de volver a la Selección pese a su edad y a que hay grandes jugadores en su puesto. "Si me llama Basile voy a estar feliz de la vida".