BUENOS AIRES (DyN).- El ex presidente Néstor Kirchner volvió a formular ayer una encendida defensa de las retenciones, al advertir que éstas "no se ceden" y que al Gobierno no le "van a torcer la mano".
El titular del PJ también insistió en exhortar a los legisladores oficialistas a aprobar el proyecto del Ejecutivo y así "honrar con dignidad" el ideario político por el cual fueron elegidos.
Al acusar de "desestabilizadores", "golpistas" e "insolidarios" a los representantes del campo, Kirchner involucró indirectamente a ese sector en la amenaza de bomba que se recibió en el Mercado Central, minutos antes de que él encabezara un acto en el salón principal del establecimiento, en el partido bonaerense de La Matanza.
"Está claro que hay sectores políticos y económicos que quieren frenar el cambio y desestabilizar a la Argentina", afirmó el titular del justicialismo, y agregó que "la prueba es que hoy llamaron para decir que habían puesto una bomba en el Mercado Central". Fue ahí cuando el ex mandatario lanzó un contundente mensaje: "Podrán amenazar con cien bombas, (pero) salvo que exploten, la transformación no la van a poder parar en la Argentina".
Desde ese escenario, el titular del Consejo Nacional Justicialista reivindicó las resistidas retenciones móviles a los granos e insistió en arengar a los legisladores justicialistas para que avalen la iniciativa enviada por el Ejecutivo al parlamento. "Todos los que llegaron en nombre de este espacio político, llegaron levantando este proyecto político. Entonces todos aquellos que levantaron esas ideas, las tienen que honrar", instó, en un nuevo gesto de presión a los diputados oficialistas para que aprueben la resolución 125.
En momentos en que la Casa Rosada cuenta los votos que tiene en el Congreso en apoyo de su iniciativa, Kirchner aseguró que al gobierno de su esposa, Cristina Fernández, no le "van a torcer la mano bajo ningún aspecto" por cuanto "las retenciones no se ceden".