BOGOTÁ.- El incruento operativo militar que rescató a 15 rehenes de la FARC representa el mayor éxito de la cuestionada estrategia de del presidente colombiano Álvaro Uribe contra esa guerrilla y lo fortalece políticamente en un momento crucial del país, estimaron analistas.
"El rescate militar exitoso le merece a Uribe el reconocimiento nacional e internacional, y constituye un éxito político y militar para el gobierno, y un golpe militar y político muy duro para las FARC", dijo Álvaro Villarraga, director de la Fundación Cultura Democrática. Villarraga, un ex guerrillero del Ejército Popular de Liberación (EPL) y miembro del Consejo Nacional de Paz (que busca una solución negociada al conflicto), sin embargo advirtió que "ello no significa un aval total del país a su cuestionada política de seguridad democrática" debido a las violaciones a los derechos humanos. "Aunque hay que reconocer que sí constituye un aval al gobierno de Uribe", agregó.
El académico Carlos José Herrera, especialista en resolución de conflictos, coincidió con Valencia y resaltó que esa operación militar es un "enorme éxito" de Uribe dentro de una cadena de golpes propinados en los últimos meses a las FARC.
Tras recordar la muerte en marzo del número dos del grupo guerrillero, Raúl Reyes, en Ecuador en una operación del Ejército colombiano, y en Colombia de Iván Ríos, otro miembro de la cúpula de las FARC, Herrera estimó que tras el operativo el presidente quedó "ampliamente fortalecido y su política de seguridad".
Los dos analistas concordaron además en resaltar lo "impecable" de la operación militar. El alto riesgo que corrió Uribe con esa "operación militar tan perfecta", como destacó Betancourt en sus primeras declaraciones tras recobrar la libertad, fue dimensionado por Villarraga y Herrera como el factor que le concede mayor garantía a Uribe en su estrategia militar contra las FARC.
El rescate de los rehenes se produce precisamente en momentos en que Uribe encara una crisis política que lo mantiene enfrentado con la Corte Suprema de Justicia y en el que la oposición política está tratando de sacar el mayor provecho ante la popularidad de más del 80% de que goza Uribe.
Tanto Herrera como Villarraga recordaron el escándalo por vínculos de congresistas oficialistas con paramilitares de extrema derecha, y además las acusaciones de soborno que según una ex legisladora le dio el gobierno y que permitieron la reelección de Uribe en 2006. (AFP)