BOGOTÁ . - El gobierno colombiano asestó ayer un golpe demoledor a la guerrilla de las FARC. En una operación de inteligencia perfecta y sin precedentes, puso fin a 6 años de cautiverio de la rehén franco- colombiana Ingrid Betancourt, rescató además a tres contratistas norteamericanos y a otros 11 cautivos, dejando al grupo armado sin su principal carta negociadora a nivel internacional.
El mundo se sacudió ayer a la tarde con el anuncio del ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos: "Fueron rescatados sanos y salvos 15 de los secuestrados en manos de las FARC. Entre los secuestrados se encuentran Ingrid Betancourt, los tres ciudadanos norteamericanos y 11 miembros de nuestra fuerza pública", señaló.
El rescate, luego de una operación de inteligencia por la cual el gobierno infiltró a la guerrilla, se produjo en una zona selvática del departamento de Guaviare en el suroeste de Colombia . Los infiltrados lograron primero que los secuestrados, que estaban divididos en tres grupos, fueran reunidos en uno solo y
trasladados al sur del país "para que fueran recogidos en un sitio por un helicóptero de una organización ficticia''. Los agentes de la inteligencia militar infiltrados hicieron creer al custodio de los rehenes que llevarían a los rehenes ante Alfonso Cano, el jefe supremo de las FARC. El helicóptero, que en realidad era del Ejército nacional, y tripulado por personal de inteligencia, recogió a los secuestrados y los llevó sanos y salvos a una base militar y desde allí a Bogotá, capturando además a los rebeldes. (ver más detalles en pág. 26)
A la noche, la ex candidata presidencial y los otros rehenes llegaron a Bogotá, donde se produjo un emotivo encuentro con sus familiares. Betancourt llegó vestida de pantalón negro, remera gris, chaleco camuflado militar y botas pantaneras. Sonriente y llena de vitalidad, se fundió en un largo beso con Yolanda Pulecio, su madre, y posteriormente con su esposo Juan Carlos Lecompte.
En sus primeras declaraciones, afirmó que su rescate fue "absolutamente impecable'' pues las fuerzas militares la pusieron en libertad sin disparar "un solo tiro'' ni arriesgar sus vidas y elogió al gobierno. "Creo que esto es una acción de paz para Colombia. Podemos lograr la paz si confiamos en nuestras fuerzas militares'', dijo.
El rescate es el golpe más grave que hayan sufrido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en sus 44 años de historia, ya que Betancourt y los tres contratistas eran las piezas más fuertes que tenían para negociar. Betancourt fue secuestrada en el 2002 cuando era candidata presidencial. Por su parte los estadounidenses Thomas Howes, Marc Gonsalves y Keith Stansell fueron secuestrados en el 2003, cuando su avión cayó en territorio rebelde.
La acción militar fue sin dudas un enorme éxito político para el gobierno conservador del presidente Álvaro Uribe y su política de "mano dura" hacia los grupos armados.
Uribe guardó un prudente silencio y apenas dijo que está "feliz" por el rescate. Tenía previsto reunirse anoche con los rehenes recién liberados.Mientras tanto, recibía una catarata de felicitaciones internacionales que iban desde el papa Benedicto XVI a su gran rival político regional, el presidente venezolano Hugo Chávez, pasando por los gobiernos de Francia, Estados Unidos y de la Argentina.
Para entregar a un grupo de al menos 39 rehenes, entre ellos Betancourt y los tres estadounidenses, las FARC exigían la liberación de 500 rebeldes presos, en un proceso en el que exigían integrar a los gobiernos de Francia, Suiza, España y Venezuela.
De este modo, pretendían lograr un reconocimiento internacional que hasta ahora les ha sido negado y que tras este operativo queda más lejos que nunca.
A nivel interno, el rescate le vino como un bálsamo político, en momentos en que la Corte cuestiona el proceso que permitió su reelección por el presunto pago de sobornos y el oficialismo estudia un plebiscito que le permita revalidar su poder.
El ministro del Interior, Fabio Valencia, dijo que la liberación de estos rehenes "demuestra nuevamente el éxito de la estrategia de Seguridad Democrática que ha llevado a cabo el gobierno" . "Hacemos un llamado a los actuales cabecillas de las FARC para que no se hagan matar, liberen a los secuestrados y no sacrifiquen a sus hombres", dijo el titular de Defensa Santos.
La noticia desató júbilo en todo el país, comenzando por las familias de los rehenes. "Soy la mujer más feliz del mundo al conocer la liberación de los secuestrados, entre ellos mi familiar. Espero que las FARC comprendan que deben liberar a todos los cautivos", dijo en Bogotá Miriam Turriago, suegra del policía John Jairo Durán.
En tanto, miles de colombianos salieron a las calles con banderas en las principales ciudades. En Bogotá las vías fueron invadidas espontáneamente por personas que aplaudían y gritaban: "libres, libres, libres".
(AFP/AP/DPA)
